La última nómina de Reinaldo Rueda para la Tricolor luce más como un experimento que como una certeza. A estas alturas de las eliminatorias, la impresión que queda es que el DT no encuentra el equipo. Han faltado cotejos amistosos para ver más gente. Rueda está como Bauza, rascándose la cabeza.
Hay mucho talento pero también hay nombres que suenan más bien a aventura. Uno es Giovanny Espinoza. ¿Realmente lo van a poner ante los argentinos o solo lo han llevado para que aporte a los zagueros centrales con anécdotas de su experiencia (“así salté mal y por eso nos hicieron el gol aquella vez”, “apliqué mal la trampa del off-side”…)?
Otros son Édison Méndez, que en Liga se ha esforzado mucho en llevarse pésimo con Manso, y Pedro Quiñónez, el rey de la amarilla, el eterno seductor de la roja, quizás convocado para amedrentar a Lionel Messi y Sergio Agüero con su ‘delicado’ estilo de cobertura.
Por supuesto, los resultados mandan y, si Ecuador se luce en Buenos Aires, Rueda habrá obtenido un enorme crédito para el futuro. Pero si pasa lo contrario y ocurre un papelón, el entrador llegará al duelo con Colombia con mucha presión.