La experiencia de Liga y el oficio de sus jugadores pesó más que el juego vistoso y solidario de El Nacional.
La ‘U’ apeló al desequilibrio individual, a las inspiraciones de sus ofensivos Hernán Barcos y Miler Bolaños para ganar un partido durísimo, ante un rival que gobernó durante casi todo el juego, pero que en los últimos metros careció de puntería.
Liga ganó tres puntos que le reconfortan, que le permiten reinsertarse con éxito en el torneo local, tras la contundente caída ante Vélez Sarsfield en los octavos de final de la Libertadores. Tras vencer ayer a El Nacional, los azucenas completaron 31 puntos y quedaron a tan solo dos del líder Emelec, equipo con el cual se medirán este miércoles en la Casa Blanca, en un partido aplazado por la séptima jornada. Una victoria en dicho compromiso les hará dueños de la punta.
Por ello, el triunfo ante los rojos era clave para los locales. Edgardo Bauza y su asistente Daniel di Leo respiraron aliviados cuando el árbitro Carlos Vera pitó el final de un compromiso, en el que se vieron vulnerados por largos tramos ante el bien trabajado equipo de El Nacional, dirigido por Mario Saralegui.
El DT uruguayo ha logrado construir en esta etapa un equipo joven (su promedio de edad es 23,9 años), con un medio campo poblado de jugadores dúctiles y dinámicos como Flavio Caicedo y el capitán Marwin Pitta y un talento desequilibrante como Renato Ibarra, quien tiene 19 años pero cuenta con la personalidad de un jugador experimentado.
De entrada, el medio campo criollo se apoderó de la pelota y empezó a generar ataques consistentes. La premisa era tocar el balón a un toque, cambiar de frente continuamente y explotar la velocidad de Juan Anangonó con precisos pases al fondo de la cancha.
Basado en ese estilo de juego, llegó el tanto del delantero choteño celebrado ampliamente por los jugadores criollos.
Liga llegaba al cotejo siendo la antítesis de los criollos. El elenco azucena no juega bien hace tiempo, a sus futbolistas les cuesta hilvanar tres pases seguidos y depende mucho de los talentos individuales. Ayer, en su primer tanto, Hernán Barcos construyó una gran jugada, desairando rivales y dejando solo a Marlon Ganchozo, quien puso el 1-1.
En cambio, en el segundo gol, el mérito fue de Miler Bolaños, quien tomó un balón en el aire y definió en el arco de Bonard García, en un momento clave: el final del primer tiempo del partido.
Otro de los males de los albos durante la temporada ha sido el las lesiones y ayer el equipo de Bauza sumó uno más en su lista de bajas: el goleador Barcos estará tres semanas fuera de las canchas, tras recibir un codazo de Javier Chila, un especialista en ablandar rivales, que apenas recibió una tibia tarjeta amarilla. El golpe del defensor de El Nacional fracturó el tabique del ‘Pirata’, quien tras el golpe tuvo que cambiarse de camiseta, empapada con sangre. Volvió a la cancha, pero se desvaneció a los pocos minutos.
Los locales sintieron la salida de Barcos. Lo reemplazó Walter ‘Mamita’ Calderón, quien en la celebración del Día de la Madre pasó desapercibido y fue absorbido por la marca del vehemente Chila y del rápido Frickson Erazo, un experto en anticipar a los rivales y salir jugando con clase.
Sin peso ofensivo y lejos de su mejor momento de juego, en el segundo tiempo, Liga cedió la iniciativa a los jóvenes pupilos de Mario Saralegui. Liderados por el capitán Pita, los entusiastas jugadores criollos seguían con su juego dinámico y a un toque, que sin embargo se diluía en los últimos metros de la cancha.
El Nacional llenaba de centros el área de la Liga, pero no encontraba un remate que complique al golero Alexander Domínguez. Saralegui dobló su apuesta y mandó a la cancha a Edmundo Zura para que prevalezca por su físico.
Pero el gol del empate nunca llegó. Un remate de Pita que se estrelló en el poste fue la carga más peligrosa de los criollos.
Liga ganó apelando al oficio de sus hombres. El triunfo le hace sanar las heridas de la Copa Libertadores de América.