Pensó regresar a Quito. Salir, en Guayaquil, lo ponía tenso. Más aún si estaba acompañado por su esposa y sus tres hijos.
Salía de su casa solo para ir a los entrenamientos en el estadio Monumental. Para eso contrató un chofer. Conducir no es una de sus mayores aficiones.
Jayro Campos vivió una mala experiencia dos meses después de llegar al Puerto Principal. Fue asaltado mientras transitaba por una avenida del norte de Guayaquil. Le sustrajeron una cadena, su billetera y un teléfono celular. Fue un verdadero susto que logró superar gracias al apoyo de sus compañeros, en especial el de su compadre Frickson Erazo.
Los dos se dicen compadre o ‘compita’, pero no hay relación de padrinazgo de por medio. Solo una amistad que supera los límites del campo de juego.
Entre semana suelen reunirse junto a sus familias. Comen juntos y salen a pasear por la ciudad.
Campos (27 años) y Erazo (24 años) son una ‘muralla’, casi imbatible. Las cifras lo confirman. La defensa de Barcelona es la que menos goles ha recibido en esta primera etapa del Campeonato Nacional: le han marcado 14 tantos en 21 partidos.
¿Cuál ha sido la clave para que esa ‘muralla’ se mantenga firme? Según Máximo Banguera, la comunicación ha sido vital. Campos es el más experimentado. Él es el líder no solo de la defensa sino también del grupo.
Habla con Erazo constantemente. Lo ubica en el campo de juego e incluso lo guía en su vida privada. Planifican juntos, también con el resto del grupo y el cuerpo técnico, a los rivales.
A esto se suma su regularidad en el torneo. Erazo ha sido titular en todos los partidos de la etapa. Acumula un total de 1890 minutos en cancha. Campos, por su parte, solo estuvo ausente un partido. Suma 1800 minutos.
Pero la labor de los dos fue reforzada, en varios partidos, por José Luis Perlaza y Luis Caicedo. El primero ha jugado 11 partidos, un total de 229 minutos. El ‘Gordo’ Lucho, por su parte, ha jugado 15 encuentros, 1087 minutos.
Los cuatro suelen analizar a los delanteros rivales 24 o 48 horas antes de cotejo. Descubren sus virtudes y defectos. Detectan los sectores por lo que más corren en la cancha. Observan cómo se mueven y deciden cómo marcar.
Esa facultad la desarrollaron Campos y Erazo en la Tricolor. Esta dupla empezó a hacerlo hace un año para aprovechar el tiempo libre en las concentraciones.
Campos destaca de Erazo su predisposición para escuchar. Siempre está presto para corregir. Erazo hace lo mismo. Reveló que Campos es un soporte en todos sus compañeros. Así también lo admiten el entrenador Gustavo Costas y sus asistentes.
Pero para consolidase en la zaga de Barcelona los dos han tenido que sentir el peso de las críticas de la hinchada. Una de ellas fue el 4 de marzo, después del cotejo contra Independiente del Valle, en el estadio Monumental. Corría el minuto 11 cuando una desconcentración de los dos permitió a Vinicio Angulo empatar el partido (1-1). La responsabilidad cayó sobre ellos. “Fue un descuido y lo asumimos como tal”, dijeron los jugadores un día después.
Actualmente prefieren ya no hablar sobre ese tema.
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