Una propietaria de un pub (casa pública) de Portsmouth puede haber propinado un duro golpe al negocio del que se alimentan los clubes de fútbol y la televisión.
La Unión Europea declaró ayer válida la compra de descodificadores en otros países para evitar pagar por ver partidos de fútbol en televisión. La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE), con sede en Luxemburgo, es un golpe al lucrativo negocio que la TV hace con el fútbol, por el que paga a los clubes millones anualmente.
Según los jueces, los derechos exclusivos de retransmisión violan el derecho comunitario al establecer mercados nacionales en lugar de un mercado único.
La disputa surgió entre la Federación Inglesa de Fútbol (FA) y Karen Murphy, la dueña de un bar de Portsmouth que empleó una tarjeta descodificadora griega de la cadena Nova para exhibir en su local partidos de la Premier League inglesa.
La tarjeta es mucho más barata que la que vende oficialmente en Reino Unido el canal de pago Sky TV. “Ha sido la batalla de una persona pequeña. Esa gente de las corporaciones cree que pueden poner dinero y ganar. Mi reacción es de alivio. Ha sido como Karen contra Goliat”, dijo.
La FA quería defender el principio de exclusividad territorial de su contrato con Sky TV, pero el tribunal considera que las diferencias de precios dentro del bloque resultado de esas prácticas son irreconciliables con los tratados de la Unión.