Cinco meses después del 3-0 a Uruguay en Mendoza, el seleccionado de los delanteros que descuellan en Europa vuelve a aterrizar en la Argentina en la reanudación de las eliminatorias sudamericanas.
En medio de la vulgaridad del fútbol local -con las excepciones del momento-, la visita de estos jugadores, con Messi, el astro mundial a la cabeza, se parece a la de esas grandes bandas internacionales de música que vienen cada tanto a ofrecer un espectáculo global.
Cambia todo con respecto al fútbol. Desde una formación con radicación europea hasta un público distinto del que cada fin de semana se somete al estoicismo de llegar a la cancha en medio de las incomodidades y riesgos por 90 minutos de dudosa calidad.
La Argentina encara esta doble jornada del viernes 22 y el martes 26 instalada en una confianza y estabilidad que son la contracara de lo que había ocurrido ante los mismos rivales en la primera rueda. Venezuela y Bolivia, en octubre y noviembre del 2011, significaron un quiebre, el punto más bajo de lo que en el partido siguiente, con la victoria en Barranquilla ante Colombia, se transformaría en el comienzo de una recuperación sostenida, tanto en lo futbolístico como en la empatía grupal.
Aquella visita a Venezuela en la sofocante Puerto de la Cruz tuvo un prólogo poco afortunado de Sabella. “Me conformo con ganar 1/2 a cero”, había dicho el DT, preocupado porque el plantel no había llegado con la anticipación para descansar y habituarse al calor pegajoso.
Un equipo que salió a aguantar, que casi no creó situaciones de gol y tuvo el castigo de la derrota 1 a 0 con el gol de Amorebieta.
Un mes después, Bolivia dio el batacazo al rescatar por primera vez un empate de visitante. Por entonces, la Argentina caía al 10° puesto en el ‘ranking’ de la FIFA, la ubicación más baja desde julio de l 2004. Hoy está tercera.
Esa serie también derivó en decisiones del cuerpo técnico que se mantienen hasta estos días. Al partido siguiente, en Colombia, Federico Fernández se hizo de una titularidad que no resignó más. Hubo jugadores importantes que desaparecieron en todas las convocatorias posteriores: Demichelis, Otamendi y Pastore. Ricky Álvarez, titular ante Bolivia, también quedó muy relegado, más allá de que recibió alguna otra citación.
Una rueda después, esta actualidad auspiciosa es la reacción a aquella minicrisis que parece haber sido superada y en la cual la clasificación se aproxima.