Lionel Messi salió ayer del campo del estadio Green Point solo y con la cabeza gacha. Diego Maradona salió a buscarlo y lo abrazó. Los dos compartieron ayer el sabor de la derrota.
Maradona lo nombró primero su heredero, le dio la camiseta número 10 y le pidió que fuera el mejor de todos los tiempos. “Quiero ser campeón y tengo a Messi”, era su frase de batalla.
Pero ayer el astro del Barcelona FC español salió derrotado luego de la goleada 4-0 que sufrió ante Alemania. El delantero se quedó sin siquiera poder marcar un gol en el Mundial que estaba predestinado a ser suyo. La ‘Pulga’ se sumó así a la lista de astros como Cristiano Ronaldo y Kaká que se despidieron antes de tiempo de la máxima cita del fútbol mundial.
Ayer, Messi intentó marcar, buscó una y otra vez la pelota. Frenó, pensó en milésimas de segundo, se lanzó en solitario a la epopeya, pero los nervios y un equipo alemán, con una marca extenuante, lo dejaron con las manos vacías en Ciudad del Cabo. Estuvo impreciso, erró tiros libres como no se hubiera imaginado, pero siguió intentando hasta el final. Ya no lució la sonrisa de los primeros partidos, feliz de poder vivir al fin su mejor momento con la selección albiceleste.
Messi tiene 23 años y jugó su segundo Mundial. Se verá si en cuatro años puede ser la figura de la cita mundialista.