Sixto Vizuete, técnico de la Selección Sub 20, dice que un entrenador de jóvenes debe ser un buen pedagogo. Pide más espacio para el entrenador ecuatoriano.
¿Con el título de los Juegos Panamericanos del 2007 y la clasificación para el Mundial Sub 20 de este año, se siente como un técnico reconocido?
Sí, la gente me valora más, lo mismo los periodistas que antes me apoyaban y los que no. En esta profesión, sin críticas, el técnico no crecería. Con estos resultados incrementé mi experiencia. Saco provecho más de las críticas negativas porque me obligan a prepararme. Dice Miguel de Cervantes en una de sus obras: “si los perros ladran, es porque estamos avanzando”.
Polo Carrera (ex jugador y técnico) dijo a este semanario que usted nuevamente revalorizó al técnico ecuatoriano…En el mundo, nadie es más inteligente que nadie, sea argentino, chileno, brasileño, europeo, etc. Lo que hace la diferencia es la preparación de cada persona. Muchas veces, aquí se fijan en su raza (sic) para determinar su condición. Falta que la dirigencia crea en el entrenador ecuatoriano. No hablamos mucho, pero pedimos lo justo.
¿A qué factor atribuye el éxito que ha tenido al frente de las selecciones juveniles?
Al acierto de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) en la continuidad. Desde abril del 2007 que colaboro en las selecciones con el equipo que ganó los Panamericanos, me he convertido en el técnico nacional con más tiempo al frente de la Tricolor… y manejando todas las categorías.
Es decir, ¿es más fácil trabajar con un chico en formación que con un jugador de experiencia?
Al contrario, es más difícil tratar con los juveniles. Un técnico no debe estar capacitado solo en lo deportivo, en táctica, formación, entrenamiento, etc. Debe saber de didáctica y de pedagogía para poder guiar a chicos que están en maduración. Esta se da por etapas, y en ciertas edades se dan desequilibrios. El entrenador es una guía psicológica, incluso. Estos muchachos que están hoy en la Sub 20 llegarán al combinado mayor bien formados, con una personalidad definida.
¿El que los experimentados ya tengan su carácter complicó, por ejemplo, su trabajo en la Selección mayor?
Siento que aumenté mi experiencia con mi paso por la selección mayor. Me preparé, aprendí y eso estoy aplicando con los chicos de la Sub 20. Los mayores, por sus conocimientos adquiridos en diversos clubes y con distintos entrenadores, complicaron un poco mi labor. Por ejemplo, en mi estilo de juego, quiero que todos corran y puedo moldear a los chicos como yo quiera. A los grandes no, porque quieren jugar a veces con el nombre o no quieren correr porque dicen ser más tácticos.
¿Es porque tiene una formación diferente, una generación que no nació de un proceso como el que se está dando con la Sub 20?El fútbol actual es de mucha presión y cuando logro aglutinar más hombres en el medio campo, tengo mayores opciones de ganar. Esta fue una marca de la selección juvenil. Algo así pude implantar en determinados momentos en la selección mayor, pero la diferencia es que con los chicos puedo desplegar este fútbol con mayor ritmo.
Sin embargo, se pretende que Ecuador juegue de una sola manera, que mantenga un estilo…
Hay diferencias en el proceso formativo de la base del combinado mayor, con este que está en proceso. Igual, se apunta a mantener la identidad futbolística, tratando de consolidarla con el paso de los años. Pero ahora, con estos chicos se pretende mejorar. Es decir, corregir todos los errores existentes, las debilidades. Por dar ejemplos, impedir goles en los últimos minutos, manejar mejor la técnica, anotar en las opciones que se tengan. Borrar esas fallas que nos impidieron llegar al Mundial de Sudáfrica 2010.
¿Cómo cataloga el biotipo del jugador juvenil?
Primero, los chicos tienen otra mentalidad porque ven más éxitos. Vieron a un Ecuador clasificado a dos mundiales, a un club como Liga ganar títulos internacionales, observan que ya no hay una gran brecha entre el argentino, brasileño o uruguayo con nosotros. El ecuatoriano ahora se siente ganador. Esto nació en el proceso que inició Dussan Draskovic, pasando por los técnicos colombianos que dejaron huella futbolística. También se dio un cambio físico en los futbolistas. Estos chicos combinan potencia física con talento y habilidad.
Con lo expuesto, los juveniles son ahora apetecidos por clubes del extranjero. ¿Cómo manejó usted la presión de técnicos, directivos y empresarios que buscan venderlos?
Cada uno hace su trabajo. El empresario tiene la libertad de ir al estadio a ver jugadores, es su labor. Lo que no permito es que ingresen a nuestro espacio de concentración. La selección la armamos con mucha honradez, sin presión de nadie. Esto se puede comprobar en los resultados.
Se cuestionó en algún momento la cercanía a la Tri Sub 20 del empresario José Luis Chiriboga, hijo de Luis Chiriboga, presidente de la FEF…
Lo niego rotundamente. A la concentración no entró ningún empresario. La FIFA otorga un carné a los empresarios y tienen su espacio. Mi labor es impedir que los chicos se dediquen a pensar en solo posibilidades, sin fundamentos. Puede motivarlos, pero puede ser algo en contra también.
¿Solo dirigirá en juveniles?
No, también quiero ser campeón con algún club en la Serie A.