En Ecuador la gente lo recuerda como el técnico que descendió con Liga en el 2000. ¿Se siente culpable de aquel fracaso?
Otras personas fueron las culpables del descenso, no yo. A ellas se les debería preguntar. Sin embargo, aprendí que hay técnicos que son capaces de superar los malos resultados. Manuel Pellegrini, por ejemplo, al inicio de su carrera descendió con Universidad de Chile y supo sobreponerse. Ahora es un ejemplo para todos y está en el Real Madrid. En 1 999 tuve la oportunidad de ser asistente de Manuel (Pellegrini) en Liga y salimos campeones. Cuando él se fue a mediados del 2000 también me fui yo, pero a finales de esa temporada, Liga estuvo mal y me llamaron para los últimos cinco partidos.
¿Sus recuerdos de la ‘U’ son buenos por lo que pasó?
Tengo un agradecimiento profundo para con la gente de Liga y por eso acepté dirigir en esos encuentros. Mi error fue no haberme quedado al año siguiente para subir con el equipo a la Primera. No me quedé por cosas que pasan en el fútbol.
Las derrotas también dejan enseñanzas. ¿Qué aprendió usted como DT al final del 2000?
Después de esa experiencia tuve claro que jamás dirigiría en los últimos partidos de una campaña, ni así me llame el Manchester. Tras el descenso me fui para Estados Unidos y continué capacitándome. Mi propósito era dirigir un equipo al cual lo armara desde el principio. En el 2002 regresé a Chile para pasar un tiempo con mi familia. Entonces me ofrecieron dirigir Universidad de Concepción y me dije: “este es el equipo”. Tenía otros ofrecimientos y afortunadamente elegí bien. Ese fue el punto de partida.
La clave para usted es que el técnico arme el equipo a su gusto…
Según mi experiencia sí. En el 2003 dirigí la Universidad de Concepción y formé el plantel y tuvimos objetivos claros. A mitad del Campeonato terminamos cuartos y perdimos la semifinal con Colo Colo. En esos momentos me ofrecieron dirigir Cobreloa, un equipo grande en Chile. Pero sabía que con un par de jugadores podíamos dar el golpe con Universidad de Concepción.
¿Y cómo dieron ese golpe?
A mitad de año me llevé a Eduardo ‘Tanque’ Hurtado. Necesitábamos un jugador de su experiencia y fortaleza. Él fue un aporte fundamental. Ganamos el acumulado del año, lo cual fue espectacular y clasificamos a la Libertadores en el primer año del equipo, en su historia, en la Primera A. Ese fue el momento clave de mi carrera. Pero eso se debe ir refrendando con logros durante toda la carrera.
¿Qué tan importante es obtener logros para sostener el prestigio como entrenador?
Hay grandes técnicos que no ganaron nunca y siguen siendo grandes técnicos. Creo que es importante hacer que el equipo juegue bien, que tenga un buen funcionamiento porque así se tienen más opciones de ganar y pelear por los títulos. Pero lo más importante es armar un buen plantel y hacerlo funcionar adecuadamente.
¿Y el manejo del camerino? Los jugadores siempre piden el protagonismo, porque ellos son los actores del fútbol…
A los jugadores hay que tratarlos con mucho respeto. Luego el técnico debe tener la convicción de lo que está haciendo y lo que les está diciendo. Un buen técnico tiene que hacer que su equipo salga a ganar, a proponer buen fútbol, es muy importante tener una buena comunicación con el equipo.
Mencionó antes a Pellegrini. Debe ser un orgullo para todos los que trabajaron con él, verlo ahora en el Real Madrid…
Manuel Pellegrini es un gran entrenador y mi gran referente. Mi escuela es la de Manuel (Pellegrini). Su manera de trabajar y de ver el fútbol la comparto. Cuando estuve con él siempre aprendí nuevas cosas y reafirmé otras. Es muy metódico, siempre está al detalle de todo lo que pasa.
De Pellegrini se dice que no es amigo de los jugadores. Para Ud. ¿cómo debe ser la relación de un técnico con el plantel?
Debe ser una relación cercana, pero no de amigote. Es una relación especial, cordial de ir mostrándoles el camino. Hay técnicos que no hablan y otros que insultan a los jugadores. No creo en ninguna de esas dos formas. Sí creo en la programación y en un sistema de entrenamiento que se vea reflejado en la cancha.
Además de Pellegrini, ¿qué otros técnicos valora?
Alex Ferguson o José Mourinho siempre son referencias importantes. En Ecuador se debe reconocer lo que hizo Hernán ‘Bolillo’ Gómez, quien consolidó un estilo de juego y de conducción del equipo. Edgardo Bauza fue campeón de la Libertadores con Liga, lo cual es tremendamente complicado. También respeto a técnicos como Rubén Insúa y Carlos Sevilla que salieron campeones con el Quito.
Ahora está en U. Católica, un equipo que siempre ha coqueteado con el descenso. ¿Qué le han pedido los directivos?
La verdad nunca he llegado a un equipo y los dirigentes me han dicho “esto es lo que queremos”. Ni en los equipos grandes como Cobreloa o Unión Española. El técnico debe ser el primero que plantee los objetivos. Luego hay que ser realistas y seguir paso a paso porque uno se topa con distintas realidades. Pero creo que en Católica hay que soñar y aspirar con lo más alto. La capacidad del DT se verá a final del año en la tabla de posiciones.