Cientos de aficionados madridistas se acercaron este sábado a la emblemática Plaza de Cibeles para festejar la victoria de su equipo por 2-1 sobre el FC Barcelona, que prácticamente deja el campeonato liguero al alcance de la mano de los merengues.
Gritos de “¡Campeones, campeones!” o “¡Así, así, así gana el Madrid!” resonaron en el centro de Madrid, en la fuente de la diosa Cibeles, donde se dieron cita cientos de hinchas merengues, vigilados por la policía, para festejar la victoria de su equipo.
“Somos los campeones a día de hoy”, aseguraba a la AFP Iván Varte, un joven informático de 22 años, que, envuelto en una bandera con el escudo del equipo blanco, ya da por ganada la Liga, liderada por su equipo con siete puntos de ventaja sobre los azulgrana, a falta de cuatro partidos para el final del campeonato.
“¡Ahora a por la décima!”, añadió, eufórico, en referencia a la Liga de Campeones, a pocos días de que los blancos se enfrenten el miércoles en Madrid al Bayern de Múnich en la vuelta de las semifinales de la ‘Champions’, con la misión de remontar un 2-1 en contra.
Los vivas a José Mourinho, el técnico del equipo blanco, y al Madrid se mezclaron con el sonido de los cláxones de los coches que pasaban por la plaza, donde ondeaban las banderas con el escudo del club y las bufandas del equipo blanco, mientras la policía impedía que los aficionados cortaran el tráfico de la plaza.
“El Real ya ha ganado la Liga y espero el doblete con la Champions”, afirma, por su parte, Diego Flores Ribera, un turista mexicano, que no ha dudado en acercarse al epicentro de las celebraciones blancas.
Los hinchas merenges no habían vuelto a visitar la plaza de Cibeles, su habitual lugar de celebraciones de los triunfos blancos, desde abril pasado, cuando el Real Madrid ganó la Copa del Rey.
La derrota en el estadio Santiago Bernabéu en diciembre pasado ante el FC Barcelona, les había impedido acudir a ver a la Diosa, por lo que este sábado la alegría lo ha desbordado todo. Las celebraciones en Cibeles se completaron con los gritos de alegría y los cohetes lanzados en otros barrios de la ciudad.