Llegaron con alegría y salieron tristes

En la preferencia norte.  Una vedette  fue el centro de atención de la  fanaticada de Perú.

En la preferencia norte. Una vedette fue el centro de atención de la fanaticada de Perú.

Llegaron dos horas antes al estadio Olímpico Atahualpa. Se acomodaron en un costado de la preferencia norte, y allí armaron su propia fiesta roja y blanca antes del duelo ante Ecuador. Los hinchas peruanos no dejaron de cantar, de alzar sus manos, de empujar a su equipo, que venía con una gran esperanza de empatar en la altura de Quito.

También llevaron su propia bandera grande, la cual alzaron cuando arrancó el partido. Sobre ella se leyó un Contigo Perú, y ratificaron la frase al no dejar de animar a su plantilla, pese a que algunos aficionados ecuatorianos insultaron a su Selección en repetidas ocasiones.

Así, los que estuvieron en tribuna sufrieron algunos estragos. Janine Guersten, peruana que reside en Quito, cuenta que su familia y amigos viajaron a la capital ecuatoriana para vivir el partido en vivo, pero que la situación fue “terrible”, pues ellos se ubicaron en tribuna y luego de los dos goles tricolores, algunos hinchas les lanzaron vasos en la cabeza. “Hubo hasta algunos heridos”, dijo a la salida.

Cuando Édison Méndez marcó el primer tanto, la hinchada peruana se opacó. El delirio fue escandaloso. Y la esperanza se desvaneció más cuando Christian Benítez sentenció el encuentro.

Algunos peruanos salieron antes de que se acabara el cotejo y se pusieron un suéter encima de su camiseta por precaución. Christian Sánchez fue uno de ellos. Pese a que su corazón es peruano, él tiene nacionalidad ecuatoriana y vive en Guayaquil hace 3 años. Esta fue la primera vez que viajó desde la Costa, vía terrestre, para ver un partido de su Selección. “Y mire cómo terminó”, dijo.

Aun así, no se siente decepcionado, pues le tiene cariño a Ecuador. Además, cuenta que pudo encontrarse con sus amigos que vinieron desde Cajamarca. No todo fue negativo.

Suplementos digitales