Liga de Quito camina directamente al fracaso. La goleada de Emelec del miércoles es, simplemente, la confirmación de que algo no está bien en la U. En realidad, el equipo de Edgardo Bauza no ha jugado un buen partido completo en esta primera fase. Con la excepción del 3-2 sobre El Nacional, que se ganó con una gran dosis de pundonor (y también de suerte), no hay un solo cotejo que valga la pena rescatar. Si los albos han estado peleando en los primeros puestos es, básicamente, por los goles de Bieler, por las atajadas de San Domínguez… y también por la mediocridad general del Campeonato, que ha impedido que un equipo se destaque sobre los demás.
Bauza no ha podido encontrar una alineación titular razonablemente confiable. Al contrario, han pasado los partidos y cada vez se acentúa la sospecha de que el cuadro de la Casona es un equipo de remeros que apuntan a distintos lados. Manso no se entiende con Méndez. Luna no maneja los tiempos. Araujo ha perdido distancia. Ulises de la Cruz hace lo que puede pero no tiene apoyo ni juventud. Bieler es un quijote en el área rival a pesar de que no le llegan muchos balones. Bolaños no pesa nada al igual que Reasco. Nahuelpan parece patinador porque pasa más tiempo en el piso que celebrando goles. ¿Qué video habrán visto los dirigentes para traer a este desgarbado delantero? Quizás un síntoma de esta decadencia es que ni siquiera existe un juvenil que se haya ganado su puesto. Cevallos Júnior es irregular pero no se compara a los juveniles de los otros equipos. Si juega, es para cumplir con el reglamento.
Los culpables son un montón. Primero está la dirigencia, que se equivocó al pensar que estaba contratando jugadores con experiencia cuando lo que ha traído son jugadores con edad, que no es lo mismo. Claro que preferir experiencia es la marca registrada de Rodrigo y Esteban Paz, pero esta vez no acertaron. Luego está el cuerpo directivo, que ha sido muy flexible, quizás demasiado, con los elementos que no rinden y rara vez atina con respuestas tácticas para resolver problemas en caliente. Bauza no se sale de un corsé relamido: un solo delantero. Y ya no hay el pretexto de que se jugaban dos torneos a la par. Los jugadores tampoco ponen de su parte; con sus excepciones, no corren, no hacen equipo, han perdido el hambre. Ni siquiera las amenazas públicas de Rodrigo Paz los han conmovido. Esta no es la Liga que cuesta USD 7 millones al año. Esta no es la Liga que tiene 14 títulos en sus vitrinas.
Lo increíble es que las matemáticas aún le dan opciones de ganar la fase. Pero una cosa es la calculadora y otra la realidad. Si no hay correctivos, Liga seguirá como la popularidad del alcalde Barrera: a la baja. Todo lo contrario a Barcelona, que acertó con el DT Costas y que, por lo pronto, parece encaminado a luchar por algo más que el cupo a la Libertadores. ¿Será que el péndulo está cambiando y que los canarios recuperarán su antigua hegemonía?, ¿o solo es un mal momento y todo volverá a ser como antes? Se verá.