Triste conmemoración la de Edgardo Bauza, el entrenador más sabio que haya dirigido en el Campeonato Nacional pero que, a pesar de tener las vitrinas repletas de trofeos luego de 300 cotejos, no ha podido enderezar este destartalado buque de guerra llamado Liga de Quito. Ayer, ante Técnico Universitario, se volvieron a ver esos horrores que, este año, han generado que los albos sufran la peor campaña de los últimos años. Otra vez, el rival se pone al frente del marcador. Otra vez, las zonas lucen tan coordinadas como un elefante bailando salsa. Otra vez, reacción paquidérmica de la zaga y apuros para armar el once titular, ante la eterna falta de titulares. Otra vez, sangría de puntos en la Casa Blanca.
Mucho se ha escrito, sin embargo, sobre la responsabilidad de Bauza en esta debacle y se ha debatido si el ‘Patón’ tiene o no la energía (el hambre, mejor dicho) para seguir en Liga un año más. El único que lo sabe es el mismo Bauza, quien –eso sí- armó un equipo a inicio de la temporada y le ha tocado dirigir otro distinto, por la cadena de lesiones, ausencias y abandonos. Quizás hubo exceso de mala suerte, pero tampoco es cuestión de que un chamán pase un huevito para resolver el problema de fondo: la renovación de la plantilla.