¿Qué sería si los futbolistas tuvieran un líder como Alfredo Intriago? Las cosas serían muy distintas. Los atropellos que reciben mes a mes los principales actores del espectáculo serían mínimos y los directivos pensarían dos veces antes de dar largas a la hora de pagar los sueldos.
Por su estilo, Intriago puede ser hasta irritante. Pero saca la cara por su gremio (que es, al fin y al cabo, lo que tiene que hacer el presidente de cualquier sindicato). Más allá de que pueda tener razón o no, los árbitros tienen un poder que ya quisieran técnicos, jugadores y otros integrantes del espectáculo.
Un mérito que hay que anotarle a Intriago es que descubrió a Chiriboga tal cual es. No tuvo empacho en señalar que el presidente de la FEF ya tenía digitada la sanción para el Pilahuín Tío. ¡Qué mal que volvió a quedar Álex de la Torre, el único ingeniero del mundo que preside un tribunal de justicia!
Como siempre, estas cosas que pasan en la Segunda División nos agarran de nuevo. Muchos incluso creían que Pilahuín Tío era un equipo de Tungurahua. Una nueva lección: el fútbol ecuatoriano no se circunscribe a dos o tres equipos. Hay un universo mucho más amplio.
La tristeza de Reinaldo Rueda es comprensible. Lo veo al colombiano impotente ante la falta de reconocimiento. Ahora, él también debe entender que ya la tercera vez no provoca la misma emoción que la primera. Aplica para todos los órdenes de la vida.
México es finalista del Mundial Sub 17. ¿Qué dirán aquellos que miran por debajo del hombro al balompié azteca? En América, salvo Brasil, no hay ningún país que esté por encima de ellos, sin juntamos todos los órdenes (deportivo, organizativo, económico, mercadeo, seguridad y demás). Lo que pasa con su Selección mayor es temporal y estarán en el 2014 y llegarán más lejos que todas las selecciones de la Concacaf y la mayoría de las de Sudamérica.