El vuelo chárter de Aerocuenca con el plantel de Deportivo Quito llegó a las 00:20 del martes a Lima. El viaje y el posterior tránsito por migración y aduanas provocó más cansancio del natural en los tripulantes de la nave
Tanto hinchas como jugadores, que casi llenaron la aeronave, pasaron inmediatamente a descansar. La mayoría, incluidos los jugadores, estuvo en el Hotel Golf Los Incas, en el distrito de Surco.
La dirigencia chulla escogió este hotel porque está cerca del estadio Monumental, donde ayer estaba previsto el juego ante la Universidad San Martín (19:30) por la Copa Sudamericana.
De esta forma, el plantel azulgrana se evitó más de 45 minutos de desplazamiento desde el centro, San Isidro o Miraflores, los distritos céntricos donde están la mayoría de hoteles.
Ayer por la mañana, la delegación privilegió el descanso en el hotel ubicado en una de las zonas más residenciales de Lima. Sus edificios y residencias recuerdan mucho al Quito Tenis.
Quienes enturbiaron un poco la tranquilidad de la zona fueron los miembros de la Mafia Azulgrana. Ellos llegaron a la capital peruana luego de dos días de viaje. Salieron de Quito a las 10:00 del domingo y arribaron a Lima a la misma hora, pero del martes.
Contaban sus experiencias. Uno que otro trago desafiaba el sol que se imponía en el sur limeño. Recordaban, por ejemplo, la tarde entera que pasaron en Chiclayo, ciudad del norte del Perú, a 10 horas de Lima.
Ahí, buscaron un hotel, se ducharon, retomaron energías y emprendieron el envión hacia el destino final: Lima.
Ayer, en la capital peruana, los hinchas sacaron sus banderas y cantaron. Pero todo en la calle. La seguridad del hotel se portó celosa en extremo. Nadie que no estuviera ahí registrado podía pasar.
El cuerpo técnico salió del hotel. Rubén Insúa fue a Gamarra, un emporio comercial donde la ropa de marca se vende a precios muy bajos. Él salió junto a Roberto Oste, su asistente. Quien prefirió hacer el paseo solo fue César Vaioli, el preparador físico del equipo, quien incluso volvió antes que sus compañeros.
¿Los jugadores? Nula actividad. Apenas José Carlos Fernández recibió visitas familiares, mientras que Juan Diego González Vigil salió a su balcón a saludar a los hinchas que empezaron a cantar.
Oswaldo Minda estuvo atento al arribo de un amigo. Apenas lo vio, desde arriba, pidió a la seguridad que lo dejaran pasar. El resto del plantel descansó.
El almuerzo se postergó para las 14:00, todo sea para buscar la mayor rehabilitación del pesado viaje. El hotel cuenta con todas las instalaciones (piscina, sauna, turco…) para ayudar a este fin.
Para la tarde era esperado el arribo de Fernando Mantilla, el presidente del equipo. Estaba previsto que la delegación acudiera al estadio Monumental de Lima a las 17:30.