Dos hinchas del Quito se acercan a Luis Fernando Saritama antes de esta entrevista, el viernes, en Carcelén. Le piden que envíe un saludo a otro aficionado, a través de una cámara. Él accede sin problemas. Sabe que está en un gran momento: es seleccionado y capitán del club líder del torneo.
Los hinchas del Quito lo aprecian porque dicen que usted jamás ha ido a otro club en Ecuador. Cuando llegó a la capital desde Loja, ¿por qué vino a probarse directamente al Quito?
Lo hice por sugerencia de mi mejor amigo (Luis Zúñiga). Él me contó que se probó en el Quito y le gustó. Fue difícil venir porque no tenía familiares acá. Pensé que iba a volver pronto a Loja. Pero me escogieron y me quedé a vivir en la residencia de mi amigo. Ahí, tomé la decisión de tener otro estilo de vida y esforzarme por cumplirlo.
¿Quién aprobó que se quedara?
Gonzalo Alcócer, es un gran amigo, a quien aprecio mucho. Me dirigió en las juveniles con Álvaro Proaño. Ellos influyeron en mi carrera profesional.
¿Cómo logró llegar a Primera?
Era delgado cuando llegué, pero tenía condiciones para jugar y chocar. Recuerdo que Fabián Bustos me retaba en el ‘torito’. Me decía: cuándo me ganes vas a llegar a Primera. Desde entonces, empecé a ir al gimnasio para ganar masa muscular y llegar.
En esa época deben haber existido más prospectos que no llegaron a consolidarse. ¿Cuál fue la diferencia entre ellos y usted?
Hay muchos factores. Uno es la falta de oportunidades para jugar. Hoy, esto ha cambiado por la reglas que obliga a que un juvenil actué al menos 45 minutos. Otro es la falta de paciencia y perseverancia. Yo siempre tuve al frente talentosos, que no llegaron a ser estrellas. A otros les faltó el hambre de gloria. Yo tomé impulso porque debía ayudar a mi familia, quien asumía los gastos de mi estadía en Quito.
¿Un jugador con dinero puede perder el hambre de gloria?
No la pierde, pero puede tener un entorno que lo relaja. En cambio, el de menos posibilidades podría comprometerse más. Esto pasa por la mentalidad del jugador. En Europa hay jugadores de buen nivel económico, comprometidos con su profesión como el tenista Rafael Nadal. El jugador debe estar dispuesto a renunciar a la vida normal de un joven para dedicarse a su profesión. Debe hacer sacrificios.
¿Los jugadores como usted tienen tiempo para la fiesta?
Tenemos poco tiempo para salir en la noche. Debemos ser profesionales, cuidarnos y descansar porque los entrenamientos son fuertes. Además, es difícil hallar tiempo porque, a veces, jugamos dos veces a la semana. Solo hay tiempo en vacaciones.
Cuando llegó al Quito empezó como un volante ‘10’. ¿Esa es la posición que más le agrada?
En todas las juveniles fui el ‘10’. Cuándo subí a Primera, jugué como volante por derecha o por izquierda. En mi niñez, a los 6 años fui arquero y hasta delantero. Pero desde los 9 fui ‘enganche’. Después, me pidieron que marcara. Antes, eso podría haberme incomodado, pero el volante actual debe tener un nuevo perfil.
¿Y cuál es ese perfil?
En el fútbol de hoy los espacios son muy cortos. Ya no hay el ‘enganche’. Hoy, el armador es el jugador de la primera línea de volantes, que marca y proyecta el juego. No tengo problemas para jugar en este puesto, puedo cumplirlo por mi despliegue físico.
¿Quién le pidió que dejara el puesto de ‘enganche’ y retrasara su posición en la cancha?
Fue Rubén Darío Insúa quien llegó al Quito como técnico en el 2009. Me dijo: ‘Sari’ voy a cambiar de sistema y jugaré con línea de tres en defensa y dos ‘dobles cincos’ y quiero que tú seas uno de ellos. En la Selección, me lo pidió el DT Reinaldo Rueda.
¿Se siente cómodo en el puesto que lo ha ubicado el DT Rueda?
Cuando fui convocado por primera vez me dijo que quería que jugará como volante mixto. Me dijo que por mi despliegue físico y mi visión de juego podía armar el ataque. Fue en un partido amistoso ante Colombia. Es una posición de sacrificio, pero no tengo ningún tipo de problemas en ese puesto.
Rueda ha incluido a nuevos jugadores y ha relegado a otros experimentados. ¿Con ellos es posible llegar al Mundial 2014?
Después de los amistosos de la Selección vi al grupo más comprometido. El equipo ahora sabe que debe dejar a un lado las individualidades y sumar esfuerzos colectivos. En el primer día de concentración para el partido ante Venezuela nos reunimos y decidimos comprometernos. Dijimos que podíamos volver a ser la Selección que une al país. Por eso, veo que hay predisposición. Además, tenemos el talento para encarar ese largo camino al Mundial.
En esa reunión decidieron hacer un video y subirlo a Internet. ¿A quién se le ocurrió la idea y por qué lo hicieron?
(Medita cinco segundos) Antonio Valencia habló del compromiso con el país y dijo que debíamos demostrarlo haciendo un video. Pero lo grabamos después, el día previo al amistoso ante Estados Unidos. Estábamos contentos porque habíamos ganado a Venezuela. En verdad, hicimos más videos, pero no los subimos (ríe).
Usted jugó en el exterior, pero volvió. ¿Ese es un reto pendiente?
Jugué en México y Perú y logré cosas importantes no solo en lo deportivo. Pero ahora soy más analítico. Me gustaría volver a salir, pero analizo otros factores, no solo deportivos.