El Inter de Milán, con los argentinos Javier Zanetti, Walter Samuel, Esteban Cambiasso y Diego Milito en la cancha, ganó ayer la Supercopa de Italia al vencer a la Roma por 3-1, en el estadio de San Ciro.
El noruego John Riise puso a Roma en ventaja, pero el macedonio Goran Pandev niveló el partido antes del entretiempo y el camerunés Samuel Eto’ marcó luego dos goles en el complemento, asistido por Diego Milito.
Los ‘nerazzurri’ cerraron la temporada pasada ganando los títulos europeo e italiano y vencieron a Roma en la Copa Italia bajo las órdenes de Jose Mourinho. Ahora vuelven al triunfo, pero dirigidos por el español Rafael Benítez.
Es la cuarta Supercopa en la que se enfrentan ambos equipos en los últimos cinco años. Inter ahora se equipara con el AC Milan con cinco triunfos, y el nuevo técnico de los ‘nerazzurri’ celebra su debut con un trofeo.
Benítez, al parecer, se apegó al dicho “lo que funciona bien no hay que cambiarlo”. Tres meses después de ganarlo todo en Italia y Europa, lo único que cambió en el Inter fue Benítez. Nada más.
El español alineó al mismo once titular con el que Mourinho ganó la final de la Liga de Campeones el 22 de mayo en Madrid.
“No hemos tenido mucho tiempo para trabajar, así que hemos decidido que era mejor utilizar un equipo ya probado”, justificó Benítez, aún empapado en sudor por el calor de la noche milanesa, en la que se tuvo que proteger de los habituales mosquitos.
“Lo importante es que el resultado ha sido idéntico”, dijo el presidente del club, Massimo Moratti. “Nos hemos habituado a ganar y ahora apuntamos a la Supercopa europea”, añadió el directivo, quien no se cansa de coleccionar trofeos y que el viernes puede sumar otro en Montecarlo, ante el Atlético de Madrid.
La final de la Supercopa europea enfrenta cada año al ganador de la Liga de Campeones con el de la Liga de Europa.