La sonrisa en el rostro de Carlos Sevilla, DT de Independiente, solo se dibujó después de 90 minutos de continuos enojos y reproches a sus dirigidos, el pasado sábado.
El entrenador halló calma al final del cotejo porque logró iniciar el Campeonato, al frente del equipo de Sangolquí, con un triunfo ante Liga de Loja (1-0); gracias al único gol de Vinicio Angulo.
Fue la primera exhibición de un proyecto que se sostendrá en el plantel durante este año: mantener la confianza por un equipo juvenil y promover nuevos talentos.
El camino en ese proyecto se comenzó a trazar desde el inicio del Campeonato. Esto con el argumento que el promedio de edad, de los 11 titulares que actuaron ante el equipo lojano, no superó los 25 años.
El voto de confianza del entrenador imbabureño a los juveniles fue evidente. En defensa, por ejemplo, Sevilla ubicó a tres jóvenes. Por izquierda se ubicó Leonel Ramírez (18 años), por derecha Luis Caicedo (19) y en la zaga central el espigado Luis Fernando León, de 19 años.
En el medio campo, el futbolista con menos edad fue el manabita Júnior Sornoza (19). Todo ese talento juvenil se complementó con la experiencia de los tres paraguayos experimentados Librado Azcona, Édgar Balbuena y el delantero Richard Estigarribia.
Además de Henry León, Armando Solís y Vinicio Ángulo, en el medio campo y en la delantera. Ellos estuvieron comandados en la capitanía del equipo por Fernando ‘Chiqui’ Guerrero.
Así, la primera versión futbolística de Independiente se mostró con altibajos futbolísticos producto de esa misma juventud.
Y sobre todo porque al frente se plantó un equipo que mantuvo la base del año pasado en todas las líneas y que aún busca adaptarse al estilo del DT Paúl Vélez, otro entrenador ecuatoriano.
La imagen, que dejó el equipo también conocido como la ‘Garra del Oso’, fue aceptable en los 90 minutos. Sin embargo, no dejó satisfacción en el cuerpo técnico, jugadores, hinchas y dirigentes la falta de puntería.
La ‘U’ lojana tuvo cuatro oportunidades claras para empatar el partido y arrancar su primer punto de visitante. Eso no fue posible.
La línea que más se destacó de los lojanos fue de medio campo hacía adelante. Allí lució la tarea de los hábiles jugadores Johnny Uchuari, Carlos Feraud y el brasileño Fabio Renato. Tres elementos que se mantienen desde el año pasado y que conocen cómo moverse. Eso le costó hallar espacios a Walter Calderón. ‘Mamita’ Calderón es uno de los refuerzos para esta temporada.
La falencia de los sureños estuvo en la media cancha. A momentos, los volantes de marca Pedro Larrea y Rommel Zura jugaron muy distanciados y dejaron espacios para que los del equipo del valle manejen la pelota.
Larrea mostró que no haber jugado gran parte del año pasado le pasa factura para volver hallar el ritmo y nivel físico óptimo. Cuando salió de la cancha e ingresó el cuencano Cristian Cordero (en el segundo tiempo), el planteamiento de Vélez ganó en movilidad en la delantera.
El ‘Corchito’ Cordero demostró que es un jugador con buen manejo de pelota y capacidad de proyectar pases a profundidad que hacen daño a la defensa rival. Aunque fue una labor destacable también hubo desentendimiento entre los defensas centrales Giovanni Cumbicus y el refuerzo colombiano Jimmy Bermúdez.
Al final del compromiso, Vélez reconoció la superioridad de su equipo y lamentó la ausencia de una alternativa importante como la del delantero Franklin Salas.
El ‘Mago’ no alcanzó a ser inscrito por la directiva. Así, por manejo de pelota y dominio, no se puede discutir que fue una buena presentación de la ‘U’ lojana.
Sin embargo, en el fútbol no siempre gana el que mejor juega. Esa lectura sí la tuvo Carlos Sevilla, de Independiente. El DT reconoció que su plantel tuvo desajustes en algunos tramos del partido.
Las imprecisiones fueron más evidentes en los últimos 10 minutos. En ese pasaje del partido el equipo del Valle no supo administrar el balón y entregó siete veces de forma equivocada.
Eso generó dos tiros libres para los visitantes que instalaron el drama en los segundos finales. Solo se festejó con el pitazo final de Daniel Salazar. Un árbitro que castigó la pierna fuerte en ambos equipos. En total, Salazar exhibió siete tarjetas amarillas.
Con el cierre de la jornada sabatina (la futbolera, no de la cadena presidencial) hubo balances y optimismo. A su salida del estadio, Michell Deller, presidente de Independiente, contó que el objetivo para este año será llegar a una participación internacional confiando en la juventud del equipo y la experiencia de Sevilla.