Gustavo Quinteros es ambicioso. Hace 16 días conquistó el undécimo título de Emelec en el torneo local y apenas concluyó el campeonato, ya advirtió: “Vamos por la (estrella) 12”.
El técnico argentino-boliviano vive un momento feliz en su carrera como entrenador, tras su estrepitosa salida de la Selección del ‘Altiplano’, por los malos resultados en el 2011 durante las eliminatorias.
El desempeño del cuadro eléctrico, que se adjudicó el título ganando las dos etapas, satisfizo al presidente del equipo, Nasib Neme, quien extendió su contrato por una temporada más. “Mi familia está contenta en Guayaquil, por esto también me quiero quedar”, expresó el estratega antes de viajar a Europa a tomar sus vacaciones.
Es destacable que todos los entrenadores y asistentes consultados por este Diario votaron por él. El único que votó a favor de Pablo Repetto, el entrenador uruguayo del Independiente del Valle (vicecampeón), fue Quinteros. “Demostró que es un buen técnico con su campaña”, ponderó.
La exitosa temporada de Emelec no solo es local. Los eléctricos también tuvieron una destacada participación en las copas Libertadores y Sudamericana. En la mente de Quinteros viven frescos los recuerdos de los triunfos sobre Olimpia (Paraguay), Vélez Sarsfiel (Argentina), Peñarol (Uruguay) y Fluminense (Brasil), considerados clubes grandes en sus países.
Adicionalmente, esta es la primera vez que triunfa fuera de Bolivia. En el país del ‘Altiplano’ consiguió siete títulos entre el 2005 y el 2010 (antes de ser nombrado DT de la Selección) con los clubes Blooming, Bolívar y Oriente Petrolero. Antes, pasó por el banco de suplentes de San Lorenzo y San Martín de San Juan de su natal Argentina, pero sin fortuna.
Alcanzar este éxito en Ecuador tuvo su costo, pues para rescindir su contrato como seleccionador boliviano, pagó de su bolsillo los USD 35 000 que la Federación de ese país le pidió. Luego de eso concretó su vinculación a Emelec.
El DT se escudó en el poco tiempo que le impuso la FBF para trabajar con los seleccionados.
Inicialmente, el santafesino de 48 años se trasladó a Guayaquil solo. A inicios de este año lo acompañó su esposa Grace García y sus hijos Sebastián (16 años) Rodrigo (12) y Gonzalo (8). Nicole, que es la mayor, vive en Argentina y estudia Administración de Empresas.
“Nos acostumbramos al calor, al acostarnos temprano (en relación con Argentina)”, recordó sonriente sobre su estadía en Guayaquil. Sin embargo, en otra curiosidad en la vida de Quinteros, su pasión por el fútbol fue la que lo llevó a esta profesión. Sus padres, Cipriano Quinteros y Estela Desábato, querían que viviera de otra actividad.
“En la universidad solo hice un año de Bioquímica y Farmacia, porque el fútbol pudo más que los libros”, reveló en una entrevista al diario boliviano La Razón.