Gustavo Costas: encontré un grupo que cree en Dios

En la concentración de Barcelona.   El técnico argentino accedió  posar para EL COMERCIO.

En la concentración de Barcelona. El técnico argentino accedió posar para EL COMERCIO.

‘Por fin pudimos liberar tensiones con la consecución del campeonato. Los directivos estaban ansiosos por todos esos años de malos resultados. Desde el inicio, Antonio Noboa (presidente) me dijo que querían romper esa racha negativa.

Los jugadores, en cambio, sintieron la presión por ser campeones con los buenos resultados que conseguimos en la segunda etapa y que nos acercaban al título. Es decir, fueron momentos tensos que logramos superar.

El fútbol es parte íntegra de mi vida. La humildad, la fe y la unión del grupo fue clave. Barcelona realmente fue una familia este año. Tuvimos actividades de integración en la concentración, con rifas de premios, juegos, bingos... Todos nos enfocamos en el título. Preferimos dejar a un lado los problemas. Eso nos permitió celebrar con gusto en la intimidad.

Por lo general estoy pendiente de los jugadores fuera de la concentración. Los llamo para ver si están bien, no solo para preguntarles sobre lo deportivo. Ellos, igualmente, me llaman cuando quieren conversar conmigo.

Acepté dirigir a Barcelona por lo que representaba afrontar el reto de romper 14 años sin ganar un título. Me gusta ese tipo de desafíos. Claro, no todo fue fácil. En el camino hubo momentos complicados que prefiero no mencionar. Lo importante es que cerramos bien el año, con ese título que puso muy feliz a los hinchas.

Intento entregar todos mis conocimientos. Siempre estoy pendiente del fútbol en Ecuador y en el resto del mundo. Recuerdo que llegué a Barcelona luego de una corta experiencia en Arabia Saudita (seis meses en el Al Nassr), pensaba en tomarme un año de descanso. Estaba en Argentina con mi familia y me llamaron para asumir este nuevo reto.

Estructuré un equipo en el cual confío mucho. Mis colaboradores son mis amigos. Además, son profesionales que conocen mucho de este oficio. Llevamos muchos años en esto juntos.

Tenemos la experiencia de haber sido campeones en otros años (con Alianza Lima 2003-2004 y Cerro Porteño 2005). Mucho de lo que hicimos en esos países lo pusimos en práctica aquí.

No me considero un técnico estricto, pero sí riguroso. Me gusta combinar la disciplina con la parte afectiva. Entiendo a los futbolistas porque fui uno. Me intereso por su vida profesional y personal. Siempre estamos en contacto, fuera de la concentración.

También nos conectamos con los jugadores porque somos creyentes. Todo el mundo sabe que soy devoto del Señor de los Milagros. Y en ese sentido, encontré un grupo que cree en Dios.

Todos estos factores incidieron en esa conexión con el plantel y con la directiva. Soy convencido de que las cosas que se logran con sencillez tienen más valor que las que llegan con facilidad. Por eso enseño a luchar por los propósitos con determinación”.

Suplementos digitales