El gobierno colombiano descartó hoy la posibilidad de que el Torneo Finalización de la liga de fútbol sea cancelado a raíz de los actos de violencia entre hinchas, que en la última semana dejaron tres muertos en Bogotá y algunos heridos en otras ciudades.
La sugerencia de cancelar lo que resta de la temporada fue planteada por Francisco José Lloreda, alto comisionado para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana, pero fue criticada por el ministro del Interior, Aurelio Iragorri.
El ministro encabezó hoy en Bogotá un consejo de seguridad para analizar nuevas medidas para frenar la violencia de las “barras bravas“, tras el cual anunció que a partir de la próxima temporada todas las personas que ingresen a los estadios serán identificadas mediante sistemas biométricos.
“Suspender el campeonato nacional sería un autogol mundial”, dijo Iragorri, tras comentar que eso ocasionaría problemas a la selección que está a punto de obtener un cupo a Brasil 2014.
“No existe ninguna posibilidad de que se suspenda o se considere la suspensión del campeonato de fútbol y vamos a trabajar como un solo equipo en contra de la intolerancia. ¿Ustedes saben las consecuencias que podría tener esto para el país? Llevamos 15 años sin ir a un mundial y si suspendemos el campeonato, la FIFA nos puede sacar del Mundial”, afirmó.
Por su parte, los jugadores de la selección colombiana de fútbol pidieron hoy, mediante una carta pública, el fin de los actos de violencia entre hinchas de los equipos de la liga local. “Los jugadores de la selección queremos hacer un llamado de conciencia y reflexión sobre la visión y el verdadero papel del fútbol en nuestra sociedad. Los tristes acontecimientos de violencia que se han presentado en las últimas semanas en varias ciudades del país van en contravía con la función social del deporte”, expresaron los dirigidos por el técnico argentino José Pekerman.
“Es hora de cambiar de actitud y no tomar los colores de las camisetas como uniformes de batalla. No queremos más violencia en las calles y menos en el fútbol. Vamos a hacer de nuestro deporte una herramienta para la consolidación de la paz y la tolerancia de todos los colombianos”, afirmaron los jugadores.
Los casos de violencia más graves ocurrieron desde el pasado fin de semana en la capital, donde fueron asesinadas tres personas. Un militar retirado murió apuñalado cuando salió en defensa de su hijo, quien lucía una camiseta del Independiente Santa Fe y era atacado por jóvenes que tenían prendas de Millonarios.
Asimismo, dos jóvenes hinchas del Atlético Nacional de Medellín fueron asesinados en similares circunstancias el lunes. Uno de los casos es atribuido a hinchas de Millonarios y el otro a seguidores de Nacional, por supuestas rencillas internas entre las mismas “barras bravas“.
A raíz de esos dos últimos asesinatos, la División Mayor del Fútbol (liga profesional) suspendió un partido entre Millonarios y Nacional que debía jugarse en Bogotá el martes pasado y que fue aplazado para el 8 de octubre. El gobierno colombiano ordenó cancelar el campeonato de 1989 a raíz del asesinato de un árbitro tras un partido entre el Independiente Medellín y el América de Cali, al parecer por obra de apostadores.