Un día llegó un cliente al restaurante El Arrecife, en la calle República de El Salvador y Portugal, en la Plaza Kendo. Ingresó y el mesero José Velázquez se acercó para presentarle el menú. El chico, de unos 19 años, le contestó, “¿Puedo tomarme una foto con estos cuadros?” Todos rieron y el administrador, Fernando Matute, accedió al pedido.
Las fotografías del golero José Francisco Cevallos con figuras del fútbol mundial como Lionel Messi y Martín Palermo, y un buzo con su apellido, que utilizó en el partido de la Copa Sudamericana ante Newell’s Old Boys el año pasado, adornan la pared frontal de este restaurante de comida costeña. Matute, amigo del golero de Liga, que nació en Ancón (Península de Santa Elena) hace 39 años, es quien administra el negocio.
Ambos tienen una amistad desde la infancia. Se tratan de “compadre” y estudiaron juntos en la escuela franciscana San Antonio, de Milagro. Hace cinco años tuvieron la idea de montar un restaurante que se inauguró el 1 de diciembre del año pasado.
Cevallos posee en Guayaquil una cancha de fútbol sintética llamada La Canchita, en la cual también hay un restaurante y los aficionados pueden hacer deporte. “A mi compadre se le quema hasta el agua”, bromea Matute, soporte de Cevallos en la capital.
La imagen del ex golero de la Tricolor es un imán para clientes y curiosos, que buscan tener algún recuerdo de él. Un afiche de 2 metros de alto da la bienvenida en el restaurante. “Mucha gente, especialmente niños, viene solo para tomarse fotos”, revela Matute.
El sector se convulsiona cuando Cevallos visita su restaurante. Hasta los propietarios de los locales vecinos buscan tomarse fotos y pedir autógrafos.
La marisquería tiene platos como cebiches, arroz marinero, cazuelas, etc. Su costos están entre USD 7 y 10. Y para febrero está previsto abrir El Arrecife en el Club Casa Blanca, en Esmeraldas, por el feriado de Carnaval.
La Casa de Bottero se especializa en carnes
Desde las 13:00, la Casa de Bottero empieza a llenarse . El mismo Christian Bottero, ex jugador de Macará y de otros clubes, es el encargado de recibir a los clientes, siempre sonriente, en el restaurante ubicado en la avenida de Los Shyris entre El Telégrafo y El Espectador, en el norte de Quito.
Él prefiere dedicar su tiempo a la administración de sus dos restaurantes, antes que a jugar fútbol. El otro local está en Ambato, sede del equipo que quiere ficharlo.
El delantero gaucho y su esposa, Evelina Costa, han tenido un intenso trajín en La Casa de Bottero de Quito. Esta se abrió el 1 de diciembre del año pasado. Desde entonces, Bottero se dedicó a contratar personal y a arreglar el local. Ofrece diversos platos, pero sus especialidades son las carnes y parrilladas.
“Es pura sazón de casa”, asegura Evelina, la chef que se confunde entre el humo, el olor a carne cocida y la mirada de los clientes que esperan ansiosos sus pedidos. “La comida es recomendada”, dijo uno de sus clientes antes de abandonar el local. También hacen pastas. Bottero sonrió y extendió la mano, mientras estaba sentado en la caja, adelante del bar.
En las paredes del restaurante cuelgan enormes fotos de él con los uniformes del Delfín, Macará, Emelec y D. Cuenca. También, dos cuadros de hinchas del San Lorenzo y del Boca Juniors argentinos. La decoración la complementa una televisión de 32 pulgadas, en la cual transmiten usualmente programas argentinos a en el canal Telesur.
Bottero también se siente agradecido por lo que ha vivido en el país. Se nacionalizó ecuatoriano y en el logotipo de su restaurante juntó los colores blanco y celeste de su nación, con el amarillo, azul y rojo de Ecuador.
“Lo único malo de él, es que es pésimo cocinando”, dice entre risas su esposa. Su restaurante oferta 46 platos diferentes y todos son cocinados por Evelina.
¿Qué lo motivó a ponerse un restaurante? Bottero cuenta que cuando visitaba sitios para comer parrilladas, el sabor de la carne no tenía esa sazón que a él le gusta. Por ello, en septiembre del 2008 nació la idea de abrir La Casa de Bottero en Ambato. Él mismo se encarga de seleccionar la carne. Además, contó con el apoyo de su suegra, Esthela Martínez, de su cuñada Luciana y de su hermana Marisol, todas argentinas.
Los costos de los platos están entre USD 5 y 25, con parrilladas completas.
Iván Hurtado incursiona en la gastronomía gourmet
Iván Hurtado se caracteriza por ser un personaje cuidadoso y refinado cuando está fuera de las canchas. Mientras la mayoría sale con un atuendo deportivo, después de las prácticas, él lo hace con ropa casual y perfumado.
Esa misma distinción es la que caracteriza a su restaurante Zentolla, ubicado en la calle Colón y Tamayo, en el norte de Quito. Sus platos son tipo gourmet y “va dirigido para una clientela de clase media alta”, refiere Cristina Andrade, amiga y socia de Hurtado desde hace tres años. Ellos se conocieron en el restaurante 100% chonero, propiedad de Cristina.
En el restaurante no hay fotos ni nada del defensor de Barcelona por pedido de él. Se lo nombra poco. Sin embargo, uno de los empleados es Ramiro Hurtado, hermano de Iván. Él es sub chef .
El menú tiene costos que oscilan entre los USD 10 y 25. La especialidad es el Salpicón de Centolla, que es importado de Chile, un crustáceo de mayor tamaño que el cangrejo.
Adicionalmente, en este restaurante se cocinan carne, costillas, langostas, etc, pero se pretende ampliar el menú a los mariscos, también al estilo gourmet. Por eso ingresó su hermano.
El futbolista siempre tuvo la idea de tener un restaurante gourmet, “que tengan relación con la gastronomía ecuatoriana”. Zentolla nació con platillos preparados únicamente con carnes, pero por sugerencia del ‘Bam Bam’ Hurtado, se incorporaron los mariscos.
En la cocina
Para elaborar el menú, Iván Hurtado se reunió con su socia Christina y con 15 personas invitadas. Ellos degustaron las propuestas que habían preparado. Entre los invitados estuvieron, futbolistas, empresarios y periodistas.
La centolla es un crustáceo que pertenece al mismo orden de los cangrejos. Es de gran tamaño, su caparazón mide entre 10 y 20 cm de largo. Su cuerpo es grueso y tiene forma redondeada. Puede pesar hasta 4 kilos.
Christian Bottero contó con el apoyo de su suegra, Esthela Martínez, de su cuñada Luciana y de su hermana Marisol, todas argentinas que viven entre Ambato y Quito. Viajan permanentemente.
José Cevallos tiene previsto ampliar la cadena de restaurantes por diferentes sectores de Quito. En todos se exhibirán fotos del jugador. El interior de El Arrecife se parece a un barco. Posee un timón, cuadros de piratas y marineros, campanas…