Imagen de Zlatan Ibrahimovic durante el partido de LA Galaxy ante Toronto FC en septiembre de 2018, tomada de la cuenta de Twitter @ElDeportivoLT
El atacante sueco Zlatan Ibrahimovic, a sus 38 años, cerró un contrato para los próximos seis meses con el club italiano del AC Milan, con la posibilidad de una renovación para un año suplementario, anunció el histórico equipo de la Serie A de ese país este viernes 27 de diciembre del 2019.
Ibrahimovic jugará como ‘rossonero’ “hasta el final de la temporada en curso, con la posibilidad de renovar para la temporada sucesiva”, indicó en un comunicado el AC Milan, cuyos colores ya había vestido entre 2010 y 2012.
Tras 17 jornadas de la liga italiana, el AC Milan está en una situación delicada, en un undécimo puesto, con 21 puntos (6 victorias, 3 empates, 8 derrotas), y despidió 2019 con una humillación (5-0) ante el Atalanta de Bérgamo.
“Estoy volviendo a un club que respeto enormemente y a una ciudad como Milán, que amo. Lucharé con mis compañeros de equipo para cambiar el rumbo de esta temporada. Haré todo lo que pueda para que eso suceda”, dijo Ibrahimovic en unas declaraciones recogidas en la web del AC Milan.
Ibrahimovic jugó 85 partidos en su anterior etapa en el AC Milan, marcando 56 tantos y contribuyendo a conquistar la Serie A (la 18ª de la historia del club) y la Supercopa de Italia.
El delantero sueco estará en Milán el 2 de enero para someterse al reconocimiento médico, antes de incorporarse al entrenamiento del equipo, precisó el club en su texto.
Su llegada se esperaba desde hace varias semanas, avivada por el propio ‘Ibra’, que no parece quedarse sin ideas para que se hable de él.
“Nos vemos en Italia”, dijo en la revista GQ Italia a principios de diciembre, prometiendo “encontrar los estímulos necesarios para sorprenderles de nuevo”.
El club lombardo está muy alejado de los puestos que dan acceso a la UEFA Champions League, que tiene a 14 puntos, una competición que no disputa desde la campaña 2013–2014.
Buenos recuerdos
Sobre el papel, el matrimonio parece perfecto entre una escuadra en busca de su gloria perdida y un jugador con ganas de revancha, tras abandonar Europa por la puerta de atrás.
Su unión precedente fue todo un éxito, con el campeonato italiano en 2011 -el último de los milaneses- y el galardón de máximo goleador de la Serie A para el sueco en 2012 (28 tantos).
Después de cuatro temporadas prolíficas en el París Saint-Germain entre 2012 y 2016, Ibrahimovic mostró síntomas de declive en el Manchester United, de donde se marchó luego de varias lesiones, incluida una rotura de los ligamentos cruzados de una rodilla en 2017, y de una caída de sus estadísticas (un gol en siete partidos en la 2017-2018) .
Pero sus dos temporadas en Los Angeles Galaxy tranquilizaron sobre su estado físico y su capacidad para ser decisivo.
“Los leones no se recuperan como los humanos”, explicó con su mordacidad habitual.
Con un registro de 54 dianas y 17 asistencias, el ex del FC Barcelona y del Inter de Milán asumió su estatus de superestrella de la MLS, pese a que no levantó ningún título con la franquicia californiana.
En Estados Unidos acumuló ‘highlights’ (goles espectaculares) y publicó una segunda autobiografía, que demuestra que el futbolista no ha perdido nada de su estilo inimitable, afilado por un sentido del espectáculo y un ego sobredimensionados.
A una edad en la que la mayoría de los jugadores están en declive, Ibrahimovic intenta alargar una trayectoria muy rica, en la que ha vestido las camisetas del Ajax de Ámsterdam, Juventus, Inter de Milán, ‘Barça’, AC Milan, PSG, Manchester United, donde ha ganado casi todo -excepto la UEFA Champions League-, para procurarse un retiro a la altura de su talento.
Como antes que Zlatan, Thierry Henry y David Beckham volvieron a Europa al final de su carrera, luego de un exilio al otro lado del Atlántico, pero sin recuperar el brillo de antaño.
Triunfar ahí donde estos astros fracasaron: un reto a la altura del escandinavo.