El defensa esmeraldeño Julio Ayoví aún no define su futuro deportivo. Primero espera cobrar las deudas a Liga de Loja. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO.
A sus 33 años, Julio Ayoví está acostumbrado a las aventuras que se viven en la mayoría de clubes por la falta de pagos. De los 17 años como futbolista profesional, la temporada 2015 fue la más crítica, por los incumplimientos de la dirigencia y por el descenso de Liga de Loja.
En enero del 2013 se vinculó al conjunto austral, pero la crisis económica no la vivió con tanta intensidad como en este año. Según Ayoví, “la falta de dinero afectó mucho al rendimiento de los futbolistas en la cancha e incidió en la armonía del hogar, con la familia”.
La dirigencia de Liga de Loja ofreció para esta semana cancelar el mes de septiembre, cuyo rol de pagos fue firmado sin cobrar por parte de los jugadores, con el propósito de que la Ecuafútbol no le mermara puntos al club. De nada valió ese sacrificio, el equipo descendió a la Serie B.
El zaguero esmeraldeño cambia de semblante al recordar que por falta de dinero no se pudo satisfacer las necesidades de los hijos. Los préstamos, con intereses, fueron y son una opción para cubrir los gastos más frecuentes, como arriendo, alimentación y servicios básicos.
Ayoví, exjugador de Espoli, Aucas, Macará y Manta, pide a la dirigencia que se ponga en el lugar de los futbolistas. “Hemos cobrado hasta agosto y ya se está terminando el año”. Bajo esas circunstancias, reflexiona, cómo se puede tener un rendimiento óptimo.
Su pasión por el fútbol es más fuerte que los problemas financieros y las críticas. En su criterio, a los futbolistas se les considera la última rueda del coche. Incluso se les llamó mercenarios. “Me preguntó: ¿cómo puede ser considerado un directivo que no incumple con el contrato?”.
Él espigado defensa sumó 38 partidos y dos goles en la presente temporada. Su paciencia llegó al límite que exige terminar “con todo este abuso”. Se siente agobiado por los reclamos de los acreedores, quienes con justa razón exigen sus respectivos pagos.
Según Ayoví, hay momentos que la “desesperación te inunda”.
El panorama se complica porque la mayoría de futbolistas son de otras ciudades. Pese a la crisis económica, él y sus compañeros lucharon hasta el penúltimo partido por la permanencia de Liga de Loja en la Serie A.