La excelente campaña cumplida por Ecuador antes de jugar con Colombia proporcionó a su técnico, Gustavo Quinteros, un escudo anticríticas.
¿Cuánto duraría aquel utópico encanto ? En el fútbol esas preguntas no tienen respuestas exactas. Simplemente dependen de los resultados. Y eso sucedió el martes último, Quinteros volvió a ser un entrenador terrenal.
Cuando la campaña fue perfecta todos destacaban el planteamiento ambicioso y sin complejos de la Selección. Hoy ese apoyo irrestricto al trabajo de Quinteros varió notablemente aunque la Tricolor se ubica en segundo lugar de las eliminatorias sudamericanas.
Sin embargo, este premundial premian la paciencia, el equilibrio y la cautela. Es un proceso largo que no admite prisas que puedan conducir a riesgosas situaciones. Aún a Ecuador le faltan jugar 12 partidos.
Ante Paraguay y Colombia Ecuador mostró groseras equivocaciones producto de lesiones, falta de continuidad y mal escogitamiento del técnico para ubicar los jugadores precisos en un sector vital para el funcionamiento de un equipo, como es la defensa y el medio campo.
En esas circunstancias, modificar en el medio campo las cargas de marca por mayores cuotas de creatividad desequilibran notablemente. Sucedió ante Paraguay y también contra Colombia.
Entonces se vuelve obligatorio que el seleccionador ensaye un ejercicio de severa autocrítica para procesar positivamente estos reveses producidos a tiempo para rectificar. Aún está con la opción de hacerlo y sobre todo de evaluar a otros jugadores que han ido creciendo.
Son perspectivas coherentes de quienes no están incluidos necesariamente en ese dos por ciento que citó Gustavo Quinteros como el porcentaje de los periodistas que saben de fútbol en el Ecuador.