No es cuento ni exageración. Los números sustentan que el partido de la Tri ante Colombia será el escalón más complicado de la eliminatoria. Si no se gana hoy el objetivo mundialista se alejará.
Ecuador tiene jugadores excepcionales, con trayectoria, nombre y jerarquía. El referente es Antonio Valencia con 10 años en la Premier, 200 partidos en el Manchester United y siempre con un rendimiento superlativo.
Sin embargo, el grupo careció de un seleccionador eficaz. Y en el fútbol la eficacia se refleja en la consecución del gran objetivo. No en comienzos brillantes ni finales dramáticos. Gustavo Quinteros se confundió. Se involucró en innecesarias controversias atribuyéndose amplios conocimientos y ridiculizando a sus críticos endilgándoles ignorancia casi absolutas (solo el 2% sabe de fútbol) o traspasando la responsabilidad de sus equivocaciones a sus dirigidos (cuando Jefferson Montero y Ángel Mena tomaron la pelota perdimos el balón).
Quinteros careció de autocrítica. Su postura le condujo a fallas garrafales como las mostradas ante Paraguay. Sea como fuere, las imprudencias de Quinteros le pasaron factura a la Selección cuyo irregular rendimiento no concuerda con la calidad de sus talentosos integrantes.
Ante Colombia puede producirse la ecuación exitosa. Es probable que las virtudes individuales nos retornen a la esperanza, pero hay un desgaste del proceso con Quinteros.