La verdad es que ya no hay adjetivos para describir lo que pasó en el Congreso de la Ecuafútbol del viernes 9 de enero, pero sí se pueden sacar varias lecciones.
1. El Ingeniero cometió un error garrafal
Parte del enorme poder de Luis Chiriboga se sustenta en la asociaciones, pero justamente esas entidades le han generado este enorme disgusto. ¿Por qué nadie de la FEF vigiló que las asociaciones estuvieran al día en sus trámites legales? Es que, por más autónoma que sea una corporación, debe estar constituida por miembros legalmente establecidos según las normas del país. Lo mismo pasa con los clubes que se han demorado en esto de acatar los cambios legales. Dejar votar a las asociaciones que no han procesado sus papeles es como dejar que la gente vote sin la cédula, requisito sine qua non. Semejante descuido demuestra que el Ingeniero no es tan ‘sabido’ y que puede ser molestado donde más le duele, en este caso, la columna misma de su poder. Por eso, se fue sin hacer más declaraciones, boquiabierto, inédito para alguien acostumbrado a tener la última palabra. Bueno, no todos los días un juez lo amenaza con apresarlo si no acata su orden.
2. El relajo ya es de todos
Este papelón también pinta de cuerpo entero la ligereza con que los dirigentes manejan el fútbol ecuatoriano, generada por las escasas cuentas que le rinden a la gente. Porque no son un puñado de negligentes, ¡son casi todas las asociaciones! Y por culpa de ellas se ha puesto en zozobra el inicio del Campeonato, algo que no tiene nada que ver con estas entidades. Esto da la razón a quienes sostienen que es preciso crear la Liga profesional y separarla de las asociaciones.
3. La oposición no estaba tan muerta
Lo más probable es que, a la larga, Chiriboga termine reelegido pues esto no cambia, al menos de momento, la intención del voto de los dirigentes. Hay otros asuntos en juego que el de la legalidad y el Ingeniero ya los tiene resueltos y era inevitable su arrollador triunfo en las votaciones. Pero eso no quita que ha sido derrotado en el ámbito de la opinión pública, cuya gran mayoría festeja este papelón como si Jaime Estrada hubiera ganado la elección. Quizás no la gane pese a este lapso extra para hacer campaña, pero Estrada debe estar muerto de risa con esto, pues nadie le había humillado tanto al Ingeniero.
4. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
La controversia jurídica está servida, con varias aristas. Más allá de quién tenga la razón, de no superarse lo antes posible el fútbol ecuatoriano entrará en una guerra de leguleyadas que terminará afectando a los jugadores, las víctimas de siempre y en las que nadie piensa. Además, el hecho (brillante estrategia militar pero osada y que podría ser un bumerán) de usar al Deportivo Sandino y no a un club ‘de verdad’ para comenzar esta batalla puede ser un indicador de las reales y desesperadas intenciones de la oposición. Pero, ¿será que está tan decidida a tumbar a Chiriboga que incluso se arriesga a destruirlo todo en en intento? ¿Será esto una declaración de guerra? Se verá.
5 . El extraño caso de Sandino
Estrada sostiene que no ha tenido nada que ver con los actos de Kirie Cecilio Ponce, el desconocido (hasta hoy) presidente del aún más ignoto Club Sandino. Ponce denunció que hay asociaciones provinciales que incumplen con la Ley del Deporte en estatutos, conformación de directorios y distribución de votos, y que eso violenta derechos constitucionales. Por eso el juez de Santa Ana dictó la suspensión del Congreso Ordinario y de las elecciones. Pero, ¿cómo así el liliputiense Club Sandino se anima a hacer esta denuncia, en una jurisdicción sospechosamente remota y justo a tiempo para el 9 de enero, cuando Chiriboga se frotaba las manos? Es difícil sostener que Estrada no sabía de esta maniobra, a todas luces pensada para arruinarle el champán al Ingeniero justo en el descorche de la botella. Es demasiado conveniente. ¿Por qué Estrada o el club Manta no lo hicieron directamente, si después de todo es cierto lo que alega el Sandino (que el juez acierte es otra cosa)? Bueno, por estrategia, pues una osada maniobra de ese tipo generaría el rechazo de los dirigentes, como en efecto ha ocurrido, pues la orden del juez acarrea problemas prácticos y legales en vísperas del Campeonato, y por asociaciones que no tienen nada que ver en la Serie A. Hasta Universidad Católica, club vehementemente detractor de Chiriboga, se ofendió. Estrada ha recibido el respaldo de los usuarios de las redes sociales, pero quizás acaba de quemarse como dirigente. Ojalá esto no contagie a Patricio Torres, un gentleman que debe estar lamentando haber aceptado formar binomio con el mantense.