Walter Zea: 'Soy hogareño y leo la Biblia, como lo hacen pocos futbolistas'

Walter Zea ejecutando el tiro penal para el Deportivo Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Walter Zea ejecutando el tiro penal para el Deportivo Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Imagen referencial de Walter Zea ejecutando un lanzamiento penal para el Deportivo Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO

Quienes lo conocen se refieren a usted como una persona religiosa. ¿Suele ir al templo o participar en una misa?
Sí, entre semana suelo ir a la iglesia de San Alfonso, en el centro de Cuenca. Allí oro a Dios para que me proteja, por la salud de mis hijos, de mi esposa y de mi familia. Es un sostén importante para mí, mi espada.

¿Lee la Biblia?
Leo mucho, todos los días. Me gustan los Salmos y el evangelio de Mateo.

¿Tiene un salmo en mente con un mensaje especial?
El señor es nuestro escudo, que siempre va delante de nosotros. Él da fuerzas al débil, nos levanta como águilas. Es nuestro creador, todopoderoso y que mantiene nuestro espíritu en alto.

¿Antes de cada partido dedica una oración?

Todos los partidos se los dedico a Dios, sin importar el resultado. Si por él fuera no estuviera aquí, toda la gloria es para él.

¿Suele llevar un rosario, crucifijo o alguna estampa?
No tanto así, principalmente leo la Biblia, me enfoco en que en la vida hay que seguir un camino correcto, sin vicios, tratando de ser un ejemplo ­para mis hijos.

¿La Biblia es una guía?
La Biblia es mi guía, Dios es mi espada para todo. Si busco una respuesta, aunque no lo crea, en las mañanas abro la biblia y la encuentro. Es lo mejor que me ha podido pasar.

¿Desde cuándo lee la ­Biblia?
Desde el 2010, que me reveló muchas cosas. El día a día me comenzó a transformar, las cosas empezaron a fluir de manera diferente, comencé a tener una paz interior. La verdad es algo diferente.

¿Cómo es en su hogar?

Me caracterizo por estar cerca de mis hijos y de mi esposa, preocupado por su bienestar, disfrutando cada día de ellos. Dios es el sostén cada día. Trato de mantener armonía con mi familia y eso me da tranquilidad de hacer lo que hago.

¿Cuándo se casó?

Tengo ocho años de matrimonio, de mucha felicidad. Familiarmente uno va creciendo día a día, agarrado de Dios.

¿En qué circunstancias conoció a su esposa?
Mucha gente tuvo la oportunidad de conocerla en la televisión. Se llama Ana María Franco, del programa ‘A Todo Dar’ de TC Televisión. Allí era modelo. La conocí en el 2006, cuando me vinculé al Barcelona, a mitad del año. Me lesioné y no me fue bien futbolísticamente, pero mi vida cambió porque la conocí a ella.

¿Fue difícil manejar esa relación futbolista-modelo?
No, hay que saber manejar las cosas tranquilas. La forma de ser de ella ayudó para que las cosas sean bonitas.

¿Ella se casó y dejó todo atrás?
Sí, en el 2008 nos casamos y la etapa de televisión quedó atrás, sigue con sus contratos eventuales de preparación de coreografías, de preparar a candidatas a reinas. Además es licenciada en Cultura Física, que por ahora no ejerce, pero tiene su título.

¿Cuántos hijos?
Dos: Miguelito de 6 años y Ana Paula de 4.

¿Cuáles son sus activi­dades extra fútbol?
Paso retirando a los niños de la escuela y almorzamos todos juntos. Tengo la costumbre de descansar cerca de hora y media, en ese tiempo los niños hacen las tareas. Luego nos dedicamos a diferentes actividades.

¿Salen a recorrer el parque, visitar algún ‘mall’?
Mi hijo se entrena por las tardes en una escuela de fútbol y mi niña practica danza, de dos a tres veces a la semana. Los otros días salimos a caminar a orillas del río, sacamos a pasear a la mascota. Hago juegos tradicionales con ellos, con el trompo, las canicas, la idea es evitar la televisión, los video­juegos. La idea es que no se pierda la costumbre.

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