Costa Rica recupera la forma a la hora grande para ponerse a un paso de Rusia

Marco Ureña (centro) de la selección de Costa Rica celebra después de anotar contra México durante su partido de clasificación para el Mundial de Fútbol de Rusia 2018 en San José, el 5 de septiembre de 2017. AFP

Marco Ureña (centro) de la selección de Costa Rica celebra después de anotar contra México durante su partido de clasificación para el Mundial de Fútbol de Rusia 2018 en San José, el 5 de septiembre de 2017. AFP

Marco Ureña (centro) de la selección de Costa Rica celebra después de anotar contra México durante su partido de clasificación para el Mundial de Fútbol de Rusia 2018 en San José, el 5 de septiembre de 2017. AFP

En el momento más crucial de la eliminatoria y cuando el calendario le ponía una visita a Estados Unidos y el recibimiento al líder México, la selección de Costa Rica recuperó la forma, despejó dudas y se colocó a un paso del Mundial de Rusia 2018.

Una gran victoria por 0-2 en Estados Unidos el pasado viernes después de 32 años de no lograrlo, y un empate 1-1 este martes frente a México, le dieron a Costa Rica cuatro puntos de oro y que también llenan de confianza al equipo, los aficionados y la prensa.

Tras igualar 0-0 ante Panamá y ganar con apuros 2-1 a la débil Trinidad y Tobago, ambos como local en las dos jornadas anteriores, se respiraba incertidumbre en el ambiente de Costa Rica con miras a los partidos de septiembre ante dos grandes de la región.

A esto se sumaba la lesión de meniscos que dejó fuera a Joel Campbell y los problemas que enfrenta el 10 Bryan Ruiz con su club, el Sporting portugués, que no cuenta con él y que tampoco le dio salida a otro equipo en la ventana de transferencias.

Sin embargo, Ruiz volvió a ser ese jugador determinante en el ataque, comandó con maestría a Costa Rica ante Estados Unidos y esta vez contó con un socio que había sido criticado por sus constantes fallos frente a la portería: el delantero Marco Ureña.

El seleccionador Óscar Ramírez siempre ha defendido a Ureña ante las críticas y el atacante del San José Earthquakes estadounidense le respondió anotando los tres goles de Costa Rica en estas dos jornadas.

Ureña marcó los dos tantos de Costa Rica frente a Estados Unidos aprovechando su velocidad en pases entre líneas, y el del empate frente a México con un tremendo derechazo cruzado y que batió al guardameta Guillermo Ochoa, de espectacular trabajo en el partido.

También apareció a la hora grande, como siempre lo hace, el guardameta del Real Madrid Keylor Navas, convertido en una verdadera muralla que detuvo todo lo que le tiraron estadounidenses y mexicanos.

Solo la mala suerte pudo batir a Navas. El guardameta realizó una tapada espectacular, pero el rebote se estrelló en las piernas de Cristian Gamboa y la pelota ingresó de autogol en favor de México.
Navas atraviesa un gran momento de forma con su club y la selección y sigue demostrando ser uno de los mejores del mundo en su puesto.

Costa Rica superó con claridad a Estados Unidos y ante México disputó un choque de poder a poder en el que cualquiera de los dos pudo haber ganado de no ser por Navas y el portero mexicano Guillermo Ochoa, o por los palos, que en el último minuto le negaron el gol al costarricense Johan Venegas.

El buen nivel mostrado por Costa Rica llenó de tranquilidad a los ticos y también de confianza para sellar el boleto al Mundial en octubre próximo cuando reciban a Honduras y visiten a Panamá, en las dos últimas jornadas de la eliminatoria.

Costa Rica solo necesita sumar un punto en esos compromisos para instalarse en Rusia.

Honduras, dirigida por el exseleccionador de Costa Rica, el colombiano Jorge Luis Pinto, visitará el Estadio Nacional de San José el 6 de octubre con la obligación de ganar si quiere mantener viva la esperanza de clasificar.

México, ya clasificado con 18 puntos, lidera el hexagonal final de la Concacaf seguido por Costa Rica (15), Panamá (10), Estados Unidos (9), Honduras (9) y Trinidad y Tobago (3).

El hexagonal otorga tres boletos directos al Mundial y una repesca ante un rival de Asia.

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