Manolo Reyes, formador de aficionados de Liga de Quito del siglo XXI. Foto: Santiago Ponce/ EL COMERCIO
En 2002, Manolo Reyes saltó al campo de juego acompañado de varios niños durante un partido ante Emelec y desde aquel cotejo se ganó el apodo de ‘Lobito‘.
Por diez años, este aficionado de Liga ha formado alrededor de
2 500 hinchas del conjunto azucena gracias a la autogestión.
El grupo, que llegó a tener 20 niños se ubicaba en la bandeja inferior de la general norte del estadio Casa Blanca. Actualmente por la nueva normativa que obliga a enumerar los graderíos del estadio, fue la principal razón para que el grupo se haya disuelto.
Reyes estudió Comunicación Social y Teatro. Con sus propios recursos ha comprado catorce tambores, cuarenta balones y fundó una escuela de fútbol en Cotocollao.
Ahora gracias a la venta de adhesivos de Liga y la animación de fiestas infantiles intenta recuperar la barra de los lobatos incluyendo su local, que se cerró por falta de recursos económicos.
El ‘Lobito‘ hizo un llamado a los niños de los barrios del norte de Quito a que acudan a la cancha de la ciudadela 23 de julio, este sábado con el objetivo de abrir una nueva escuela.
El proyecto no tiene ningún costo salvo una colaboración simbólica y quienes quieran participar de la misma pueden llamar al 0984980973.
Como aficionado de Liga considera que el mal momento que el conjunto albo atraviesa es corresponsabilidad de los dirigentes y los jugadores.