Miler Bolaños de Emelec busca arrebatarle el balón a su hermano Álex de Bolaños de Barcelona, el 14 de septiembre de 2014. Foto: EL COMERCIO
Ayer, durante el clásico del Astillero jugado en el estadio Monumental Banco Pichincha, el jugador del Emelec Miller Bolaños fue reemplazado por el argentino Mauro Fernández. ¿La razón?, no tenía una camiseta en buen estado para continuar en cancha.
El futbolista eléctrico, en el descanso del primer tiempo, intercambió su camiseta con la de su hermano Álex Bolaños quien juega en el Barcelona SC.
Durante el segundo tiempo, en un desafortunado forcejeo con José Luis Perlaza, su segunda camiseta se rasgó lo que le obligo a abandonar la cancha para ponerse otra. Al no tener una tercera los utileros intentaron remendarla.
Desde la banca torera no se devolvió la camiseta que antes había sido regalada. Este curioso hecho no tiene antecedentes de sanción.
La regla cuatro del fútbol, publicada por FIFA, habla de la prohibición de vestir colores similares a la de los árbitros o goleros. Por seguridad se pide a los futbolistas no usar joyas ni objetos considerados peligrosos.
Además, en el título que refiere a las infracciones la FIFA menciona que “todo jugador que haya tenido que salir del terreno para poner en orden su equipamiento no podrá retornar al campo sin la autorización del árbitro”.
En un segundo punto se menciona que es el árbitro quien debe “cerciorarse” de que el equipamiento este en orden.
El artículo 78 de reglamento del Comité Disciplinario habla de sanciones económicas para el club que “no cumpliese” con las especificaciones determinadas en el Art. 156 del Reglamento del Comité Ejecutivo del Fútbol Profesional.
“El club que en sus uniformes no cumpliere con las
especificaciones determinadas en el Art. 156 del Reglamento
del Comité Ejecutivo, será sancionado con multa de cien UDM;
y, además, requerido para que en el plazo de diez días cumpla
este requisito”. Pero en el citado artículo, no se menciona nada respecto a una camiseta en mal estado durante un partido.