Esta semana, el país sufrió dos golpes futbolísticos que merecen el letrero de ‘fracaso’. Pero cada uno tiene sus matices,
La Tricolor Sub 20
Ha sido una enorme decepción, pues es sumamente raro que Argentina y Brasil, al mismo tiempo, queden fuera de una liguilla final. Sin las potencias de la región peleando por los cuatro cupos al Mundial, es todo un fracaso acabar en el sótano de un hexagonal. ¡Se ha perdido con todos! Pero lo peor es la constatación de que las divisiones menores del país están atrás, muy atrás, de las demás.
Una pena, pues se había promocionado a este grupo como uno de los pocos de la historia que llegó con jugadores forjados en partidos de Primera categoría. Lo habitual era que estas selecciones estuvieran armadas con juveniles banqueados, pero en esta ocasión llegaron al Sudamericano jugadores con experiencia incluso en Copa Libertadores, y con otros ya transferidos al exterior o en fase de negociación. Ese lujo no lo tuvo ni el equipo que jugó el Mundial del 2001, de cuyos integrantes apenas destacaron dos o tres en el profesionalismo.
Quizás la regla de imponer un juvenil en cancha no es la gran receta para encontrar talento. Los jugadores no aparecen por decreto. Ecuador tuvo debilidades en la defensa, justo en la zona en la que menos actúan los juveniles en la Serie A, pues los entrenadores prefieren no arriesgar en ese delicado espacio y optan por los carrileros o delanteros. Quizás no hubo la preparación adecuada (el equipo se concentró en diciembre, luego del torneo nacional, lo cual implica que apenas hubo tiempo para vacaciones). Quizás no se buscó un 9, jugador clave que no apareció en esta Tricolor. Quizás faltó arquero, pues el suplente estuvo lejos, lejísimos del lesionado titular.
O quizás el gran problema fue el entrenador. Este equipo posee jugadores de habilidades evidentes, y realizó partidos muy parejos, con buenos momentos. Pero Julio César Rosero se equivocó en algunos cambios y queda la triste impresión de que no supo sacar provecho de un grupo que tenía talento pero no dirección.
Este fracaso, finalmente, golpea fuertemente a la Ecuafútbol, sumamente enfocada en sus líos por las transmisiones televisivas pero sin la fuerza real (¿o la voluntad?) para exigir a los clubes que hagan algo más que poner al juvenil en cancha. Recordemos que el único título juvenil de Ecuador, el sobreestimado Panamericano, se lo ganó con un DT que, según confesó él mismo a su regreso, nunca había hablado personalmente con el presidente de la Ecuafútbol, cuyo único diálogo había sido por la vía telefónica. Desde entonces hasta ahora, hubo más derrotas que alegrías.
Liga y la Copa
Objetivamente, la eliminación de la U en la fase de repesca es un fracaso. No acceder a la etapa de grupos es un doloroso golpe para un club que fue campeón hace casi cinco años del torneo. Esa es la verdad.
El contexto, sin embargo, nos obliga a matizar esta caída. Con la mano en el pecho, pasó lo más lógico. Gremio viene jugando con el mismo plantel dos años, mientras que Liga está iniciando un proceso de recambio. El ‘Imortal Tricolor’ era favorito sobre los albos, sin duda. Pese a esa distancia de trabajo, Liga no se mostró en Brasil como un equipo con apenas 24 días de entrenamiento y forzó a una dramática definición que llegó a los seis penales. Si Reasco no fallaba en la tanda de cinco, Liga estaría festejando.
Muchos piensan que Liga acusará un fuerte golpe por el dinero invertido en el recambio, pero es un error. Es imposible que la dirigencia haya invertido pensando en la Copa porque ese estilo inmediatista y basado en la suerte no es de los Paz. La inversión es para la Serie A. Si salía lo de eliminar a Gremio, perfecto, pero los albos le apuntan al título nacional. Por eso quitaron las estrellas doradas del escudo de la camiseta, un símbolo de que hay que empezar de abajo.
Aunque se perdió, Liga jugó un buen cotejo, mostró grandes pasajes de jerarquía y también ambición. Fue mejor que en la ida en Quito. Claro, hay que ajustar más a la defensa y enderezar ciertas situaciones, como la de Koob Hurtado, que mereció la roja por alzar la pierna en una jugada que no tenía historia. También deben acoplarse mejor Saritama y sus colegas de la media. Y se nota que falta un delantero de área y que el ‘falso 9’ es una improvisación.
En realidad, lo mejor que le pudo pasar a Liga es la eliminación. Hoy no tiene equipo para aguantar el trajín copero. Y le quedó la pista libre para luchar por ganar la etapa, pues sus principales rivales, Barcelona y Emelec, tendrán que partirse en dos torneos simultáneos, viajar mucho y aguantar una intensa presión. Liga ahora tiene la obligación de llevarse la primera fase. Por esta vez, no parece tan malo ver la Copa por televisión.