La Federación Internacional de Fútbol (FIFA), que vivió un gran escándalo de corrupción de el pasado mes de junio anunció este viernes la creación de un comité de buen gobierno al mismo tiempo que indicó que investigará el conocido como “caso ISL”.
Ambas decisiones suponen un importante cambio en la organización, pero no se parece a la revolución deseada por los detractores de la instancia internacional. El comité “controlará el avance de las reformas solicitadas en junio por el congreso (que reúne a los 208 países miembros de la federación), sobre todo en lo que concierne a la política de tolerancia cero (contra la corrupción)”, según dijo a la prensa el presidente de la FIFA, Sepp Blatter.
El presidente de la organización internacional salió así definitivamente de una actitud que marcó su comportamiento hasta el pasado mes de mayo, que consistía en decir ante las acusaciones de corrupción de la prensa inglesa: “No hay corrupción en la FIFA”. Blatter no podía haber resuelto la situación de su organización de otro modo, porque la imagen FIFA se vio manchada profundamente por el caso del catarí Mohamed Bin Hammam, el único candidato que trató de competir en las elecciones presidenciales en el seno de la federación internacional.
Pero el catarí acabó siendo castigado, con la expulsión de por vida del mundo del fútbol por corrupción. Según expuso Blatter, el comité de buen gobierno determinará en caso necesario “medidas anticorrupción, normas de conducta y podría proponer medidas que impidan al fútbol sobrepasar sus límites”. Sobre su composición, dijo que la instancia podría tener 15 miembros, integrantes del mundo del fútbol pero también de la sociedad civil, incluyendo a políticos.
Por otra parte, y en un gesto hacia la transparencia, Blatter también anunció que la FIFA abrirá el próximo mes diciembre un investigación sobre el “dossier ISL”, un presunto caso de corrupción revelado por la BBC británica. Blatter dijo que el caso sería transmitido a una “organización externa” para ser investigado y que luego se sacarían “las conclusiones” pertinentes. El año pasado, la cadena británica aseguró en un reportaje que la empresa de marketing International Sports and Leisure (ISL), que obtuvo los derechos para varios mundiales de fútbol antes de su liquidación en 2001, pagó sobornos a miembros de la FIFA.
El camerunés Issa Hayatou, presidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), es uno de los tres miembros del comité ejecutivo de la FIFA acusados por la BBC de haber recibido dinero de forma ilícita.