La FIFA confía que Brasil vs. Uruguay será un partido seguro

Luiz Felipe Scolari, entrenador de Brasil y Óscar Tabárez, entrenador de Uruguay

Luiz Felipe Scolari, entrenador de Brasil y Óscar Tabárez, entrenador de Uruguay

FIFA se manifestó confiada en que las autoridades garantizarán la seguridad del partido de semifinales de Brasil y Uruguay por la Copa Confederaciones, que se celebrará el miércoles en Belo Horizonte (sureste), donde se convocó a nuevas manifestaciones.

"Estamos en contacto permanente con las autoridades locales y tenemos plena confianza en las medidas de seguridad implementadas", dijo a la AFP un portavoz del máximo ente del fútbol la víspera del clásico sudamericano.

"Vamos a seguir de cerca la situación. En ningún momento la FIFA, el Comité Organizador Local (COL) y tampoco el Gobierno Federal han discutido o considerado cancelar la Copa FIFA Confederaciones", añadió.

El torneo, una suerte de ensayo del Mundial de 2014, se vio empañado por las históricas protestas que comenzaron en Sao Paulo y Rio de Janeiro por el aumento de las tarifas del transporte público.

El descontento se expandió a más de 100 ciudades del gigantesco país de 194 millones de habitantes con protestas contra la corrupción y los pésimos servicios públicos.

El sábado pasado, unas 70 000 personas marcharon en Belo Horizonte, poco antes del Japón-México en la última fecha de la fase de grupos de la Confederaciones. Veinte personas sufrieron heridas e igual número fueron detenidas.

La Policía Militar dijo que no planea impedir ninguna manifestación antes del juego del miércoles, pero a su vez aseguró que no permitirá que traspase el perímetro de seguridad del estadio Mineirao.

Varios jugadores 'canarinhos', incluyendo la estrella Neymar, han apoyado las protestas que exigen más recursos para educación, transporte y salud pública.

Muchos manifestantes condenan que el gobierno haya comprometido miles de millones de dólares en la Copa Confederaciones y el próximo Mundial, y no en proyectos sociales para este país marcado por la desigualdad.

La presidenta Dilma Rousseff se comprometió a escuchar a los manifestantes y propuso invertir 25.000 millones de dólares en el sistema de transporte y celebrar un referendo que lleve a profundas reformas políticas.

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