Amable y con amplia sonrisa que lo caracteriza, Fidel Martínez mostró ayer los zapatos anaranjados con los cuales jugó contra el Chivas de Guadalajara, la noche del martes.
“Toca, toca… son de un material especial y se te pegan en la piel”, dijo y después el habilidoso delantero soltó una carcajada , tras el entrenamiento de ayer.
A pesar de que la multinacional deportiva Nike lo auspicia y lo llena de zapatos, el delantero amazónico de 22 años estaba emocionado. Con cuidado sacó los pupos de un estuche negro y dejó que todos quienes lo rodeaban palparan la textura del calzado que le fue entregado minutos antes de que se iniciara el juego copero.
La tarde del martes, Martínez se comunicó vía Internet con personeros de la firma deportiva y, en son de broma, les escribió que quería los mismos zapatos con los que jugaba Cristiano Ronaldo.
Un par de horas después, cuando faltaban 10 minutos para que el equipo saltara a la cancha, un delegado de la firma deportiva llegó al camerino del Olímpico Atahualpa con los zapatos anaranjados de la línea mercurial.
Martínez se los calzó. Nunca había practicado con ese modelo pero salió a la cancha y fue una de las figuras, con asistencias y un gol. “Solo les saqué la etiqueta. Es el último Mercurial, tiene suela de fibra de vidrio y casi no pesan nada. Es como jugar sin zapatos ¿No vieron como corría?”, señaló.
Su padre, Luis Martínez, quien ayer lo esperaba para acompañarlo, recordó que su hijo se calzó sus primeros zapatos de fútbol a los cuatro años, en Shushufindi, en la provincia amazónica de Sucumbíos. En un almacén de la localidad al pequeño jugador le compraron unos zapatos Umbro y otros Adidas, de la talla 27. “Aún conservamos esos pupos en una vitrina con recuerdos que tenemos en la casa de Lago Agrio”, señaló el padre, de 49 años.
Martínez, ayer, también estaba contento porque su padre le llevó unos cuadros para lucir en la vitrina de recuerdos de la casa en Quito. Entre estos estaba la portada de la sección deportes, de diario EL COMERCIO, que salió publicada el martes. Esa página estaba enmarcada y con un vidrio para proteger el recorte en el que salía una foto grande del futbolista.
Martínez atendió a todos los periodistas y fue el último de los jugadores en dejar la Casa de la Selección, donde los chullas se entrenan desde la semana pasada porque la cancha de su complejo deportivo en Carcelén está maltratada por las lluvias.
Antes de subir en su vehículo y partir, Martínez confesó que el baile con el que celebró el gol en la victoria 5-0 ante el Chivas era algo que venía preparando. “Lo hago para los partidos importantes. El baile se llama Parado en la esquina esperando el bus”, dijo antes de reír a carcajadas.