Ferroviarios agita al cantón Durán

En el estadio Pablo Sandiford.  José Mercado (izq.) levanta los brazos al cielo y festeja  con sus compañeros un gol de Ferroviarios.

En el estadio Pablo Sandiford. José Mercado (izq.) levanta los brazos al cielo y festeja con sus compañeros un gol de Ferroviarios.

Carlos Amaiquema llevaba consigo una bandera roja que él mismo confeccionó hace un año en su taller de sastrería. La tela lucía maltratada, pero conservaba el rojo intenso con el que se identifica al club Ferroviarios de Durán.

En los bordes le había colocado un fleco azul para que tome un toque de elegancia. Pero el asta era improvisada.

La había amarrado sobre uno de los tubos plásticos que sobraron de una instalación eléctrica que había realizado en su casa.

La bandera de Amaiquema fue la única que flameó ayer en las gradas del estadio Pablo Sandiford de Durán. Agitándola de un lado a otro, pese a aguantar varios insultos de otros hinchas que sentían obstaculizada su visión, alentó a Ferroviarios durante el partido en el que enfrentaron a Mushuc Runa.

Estos dos clubes jugarán el próximo año en la Serie B y ayer disputaron el cotejo de ida por el título del campeonato de Segunda Categoría. El equipo tungurahuense venció a los guayasenses por 2-1.

Ferroviarios ha alterado a Durán desde hace dos semanas. En cada esquina se habla de fútbol y no precisamente de Emelec y Barcelona, los dos equipos que tienen su sede en Guayaquil.

Pedro Carvajal vive a tres cuadras del estadio. Él recuerda que desde que Ferroviarios empezó a ganar protagonismo en el fútbol nacional, su sector tiene más movimiento. Incluso, en la parte frontal de su domicilio está construyendo un local comercial para poner un restaurante.

“La gente hablaba del estadio y se remitía a un potrero, porque eso era. Uno se encontraba con chanchos y gallinas pastando en la cancha”, cuenta Carvajal.

En Durán, durante las últimas semanas, todo gira alrededor del fútbol. Incluso los colegios planifican su actividades en relación al equipo sensación de la ciudad y que tradicionalmente se lo conoce por sus logros en el baloncesto.

Darío León es profesor de cultura física del Colegio Nacional Durán. Sus dos horas de clase con el décimo año coincidió ayer con el partido de fútbol.

En sus planes estaba dar clases en la cancha multiusos del plantel, pero no lo logró debido a que sus alumnos le insistieron para que los llevara al estadio.

No había ningún impedimento para hacerlo. La rectora de la institución había autorizado que los estudiantes salieran de las instalaciones del colegio y la entrada, además, era gratuita. El presidente del club y alcalde de la ciudad, Dalton Narváez dispuso que se abrieran las puertas del escenario para que la ciudad celebrara con el equipo el ascenso a la Serie B.

Por eso los únicos graderíos que tiene estuvieron ayer totalmente copados por personas que llegaron con camisetas rojas.

Entre el público se encontraba Manolo Ante, entrenador de la escuela de remo que también tiene Ferroviarios.

Él no recuerda desde cuándo es hincha de ese club. Solo sabe que su papá, José Ante, fue una de las estrellas del equipo de baloncesto de Ferroviarios que se destacó en los años 50 a escala provincial y nacional. Junto a él se encontraba Ernesto Camacho, de 75 años. Él fue testigo del éxito del club en esta disciplina y ahora, según cuenta con nostalgia, se siente privilegiado por ser testigo del “resurgimiento del club”, pero esta vez en el fútbol. Los dos viajarán a Ambato este fin de semana para ver la revancha ante el Mushuc Runa.

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