Quedará marcada como una fecha especial para Ecuador y para Felipe Caicedo. Fue un viernes ‘7S’ (7 de septiembre) que el hijo pródigo, ‘Felipao’, volvió con la camiseta 16 de la Selección para justificar por qué debía estar entre los elegidos del entrenador colombiano Reinaldo Rueda.
Ayer, el delantero, mediante tiro penal (71’), anotó el gol del triunfo de Ecuador ante Bolivia (1-0) y borró esa huella que dejó la herida de hace un año cuando cuestionó a la Tricolor y al manejo del grupo por parte de Rueda.
El delantero del Lokomotiv de Rusia tiene todo el derecho de patentar el ‘7S o 7-S’ como la fecha en la que hizo las paces con el grupo de seleccionados, con el DT Rueda, con el fútbol, con el país…
Su nombre sonó en las gradas como una solución a los apuros que pasaba Ecuador por no poder descifrar la manera de entrar al arco boliviano poblado de camisetas verdes desde media cancha hacia atrás.
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No había fórmula y en el inicio del segundo tiempo, la hinchada, desde la comodidad de los 45 centímetros de las gradas, pidió la presencia del fornido jugador.
Pasaron seis minutos del tiempo complementario y de pronto, a los 56’, la figura del redimido ariete apareció en la zona técnica. No le dejaron ingresar rápido. Volvió por unos segundos y después entró a la cancha escuchando un par de consejos de Reinaldo Rueda.
En lo complicado que estaba el partido, por el cerrado módulo táctico de Bolivia, apareció la individualidad del delantero. Peleó el balón con fuerza, no se lo pudieron quitar y logró entregar un buen pase a Luis Fernando Saritama. Al ‘Sari’ lo bloquearon y el árbitro central Juan Soto sancionó el penal, cuestionado por los bolivianos y por el DT Xabier Azkargorta. Fue un gesto para interpretarlo: ‘Felipao’, ¡ahí está tu pueblo!; pueblo, ¡ahí está ‘Felipao’!
Enseguida de la sanción, Caicedo, el futbolista que cumplió 24 años el miércoles pasado, cogió la pelota y se candidatizó para ejecutar el tiro por si a alguien se le ocurriera que pateara Narciso Mina, futbolista del Barcelona.
Era el día especial para el jugador de cabello afro alborotado que ayer lució una abultada trenza y con una sobrada demostración de serenidad pateó con su pierna izquierda, engañando al portero boliviano Hugo Suárez.
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Caicedo corrió para festejar con la hinchada de la general norte. Con esa gente que pedía su presencia a gritos y que el delantero le pagó con la alegría del gol en medio de esa angustia de no poder entrar al área boliviana.
Un tanto que selló ese ansiado pacto de paz entre todos. La presencia de Caicedo cambió el estilo de juego ofensivo de Ecuador.
Cuando se agotó la paciencia de buscar los desbordes por los costados con Antonio Valencia, por derecha, y Walter Ayoví, por izquierda, el grandote Caicedo entró a meterse entre la línea de cinco defensas y tres volantes.
Rueda tuvo razón: ‘Felipao’ desbarató la muralla de la ‘Verde’ y con su gol mantuvo el invicto en el Atahualpa. Al final, todos corrieron a abrazarle al delantero. Fue su gran día en medio de los apuros que hizo pasar Bolivia.
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Los del ‘Altiplano’ tuvieron un gran mérito ayer: defenderse con orden y poblar su campo con un ejército verde bien atrincherado.
La mano del ‘Bigotón’ Azkargorta se hizo presente a los 18 años con ese estilo ganador que él implantó. El esquema estaba resultando porque no dejó que el referente Antonio Valencia mostrara todas sus virtudes al cerrarle los espacios por los costados.
Jefferson Montero fue el jugador que apareció con más protagonismo en el primer tiempo. Sus desbordes y gambetas arrancaron aplausos del público y provocaron emociones. ‘Jeff’ manejó la pelota en ocho ocasiones y en dos le coqueteó al gol.
La más cercana fue un remate que obligó al golero Suárez, a los 24’, a estirarse porque estaba unos tres pasos adelantado.
Sin embargo, la paz, la calma y la felicidad nunca serán completas. Jefferson Montero salió lesionado al final del primer tiempo y es duda para el siguiente partido de la Tri ante Uruguay, el martes.
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