Uno de los mitos más sobrevalorados del fútbol ecuatoriano es el de Jaime Iván Kaviedes, el hombre de los mil equipos y los cero títulos. Sus vueltas olímpicas son las mismas del Barcelona en la Libertadores. Acaba de dejar su último club para irse a Qatar, donde espera ahora sí ganar un trofeo de Primera, aunque en el fútbol de ese país lo único de primera son los sueldos mas no los equipos.
Aun así, con una nutrida colección de frustraciones, pasos en falso y derrotas, pervive en el imaginario nacional la idea de que el ‘Nine’ era un superjugador. La despiadada realidad indica que eso jamás pasó. Nunca hizo algo determinante para la larga lista de planteles por los que desfiló. ¿Quién quedó campeón gracias a sus goles, sus pases o su decidido aporte en la cancha? Nadie.
Incluso sus dos grandes logros deben ser matizados. Uno es cuando se proclamó “goleador del mundo” con Emelec, pero haciéndole goles a un puñado de equipos turros. No apareció cuando hacía falta, en la final con Liga, cuando los albos ganaron 7-0. El otro hito es cuando marcó el tanto “que nos llevó al primer Mundial”, como si los otros goles no hubieran servido para ese propósito.