A primera vista, parecía que el DT Fabio Capello era la medicina que los futbolistas ingleses, propensos a los escándalos y al jet-set, necesitaban.
Inglaterra, con el italiano en las riendas, se paseó en las últimas eliminatorias e hizo pensar que, ahora sí, con un conjunto ganador y un Wayne Rooney en plena forma, los ‘Pross’ estaban listos para ser campeones.
El regreso inglés a una gran cita había renovado la ilusión, después del fracaso de no haber podido ni siquiera clasificarse para la fase final de la Eurocopa de Austria-Suiza del 2008.
Esa ilusión fue vana. Capello, nacido en 1934 y uno de los entrenadores más laureados en el ámbito de los clubes (cinco títulos en la Serie A italiana, dos en la Liga española y uno en la Liga de Campeones) no pudo aplicar su estilo vertical en la selección.
El autoritarismo de Capello no caló en un grupo relajado, al que no le gustó las prohibiciones de Internet, sexo y distracciones en el Mundial.
El italiano llegó al extremo de imitar al programa de realidad virtual ‘Gran Hermano’, al ordenar cámaras de vigilancia para los jugadores, en especial a John Terry (despojado de la capitanía por una infidelidad conyugal), Frank Lampard, Wayne Rooney y Steve Gerrard (el nuevo capitán). Todo ellos, jugadores brillantes pero con antecedentes judiciales por prostitución, borracheras en los ‘pubs’, agresiones, estafas y demás situaciones.
Esto generó una revuelta en el plantel. Terry dijo en público que no estaba de acuerdo con su entrenador, quien también le respondió en rueda de prensa. Los jugadores más experimentados pidieron que Joe Cole fuera titular. Capello les recordó que el técnico era él y no ellos. O sea, el camerino estaba dividido, enviando pésimas señales a los rivales.
También afectó que Rooney llegara lesionado y jugara disminuido. Al final, el delantero del Manchester United se fue sin anotar ni un gol y sin ser la estrella que sus hinchas esperaban.
En la primera fase, los ingleses no dieron una impresión convincente después de empatar los dos primeros partidos (1-1 contra Estados Unidos y 0-0 frente a Argelia) y ganar con dificultades a Eslovenia (1-0). Y pensar que el diario The Sun tituló ‘EASY’ (fácil) cuando se realizó el sorteo. Era un juego con ‘easy’ y las iniciales de England, Algeria, Slovenia y Yanks (Inglaterra, Argelia, Eslovenia y yanquis).
Pero nada en Sudáfrica fue fácil para el equipo, que se despidió del Mundial con la peor actuación inglesa desde la derrota con EE.UU. en 1950.
La pregunta es: ¿La mano inflexible de Capello está en condiciones de comandar al equipo -que ya perderá a varios veteranos, como Terry y Gerrad- para la Eurocopa del 2012?