Gustavo Costas fue un show. Saltó, reclamó, corrió y pateó. Se abrazó con todos.
El estratega argentino concentró una particular atención de los hinchas, en su debut como técnico de Barcelona. Los canarios empataron anoche 1-1 el clásico del Astillero contra Emelec.
Los eléctricos se pusieron en ventaja a los 18 minutos, a través de Enner Valencia. Narciso Mina empató el compromiso, a los 53.
Costas vio el partido desde el borde de la zona técnica. Ahí se mantuvo durante todo el partido. Solo retrocedió, mientras gesticulaba, para desaprobar los errores de sus dirigidos. Por momentos corrió junto a los jugadores que pasaban junto a él.
Sus órdenes fueron enérgicas. Así lo sintieron Narciso Mina y Julio Ayoví, a los 85 minutos, cuando les pidió que ayudaran a marcar. “Cuando el equipo pierda la pelota tienen que retroceder”, les gritó mientras observaba el cronómetro que mantuvo atado a su muñeca derecha.
El técnico de Barcelona miró con frecuencia el reloj. Más aún durante los últimos cinco minutos del compromiso. Esos fueron los más tensos. Él mismo lo reconoció después del partido y antes de entrar a la rueda de prensa posterior. “Nos defendimos con firmeza y atacamos con mucha dinámica”, dijo con énfasis.
Enner Valencia fue un jugador distinto a los demás. Fue atrevido. Prefirió encarar al rival y no evitarlo retrocediendo la pelota. Esa virtud le otorgó vértigo al juego de los eléctricos.
Michael Jackson Quiñónez, Jairo Campos y Frickson Erazo intentaron marcarlo, pero les costó detenerlo. Justamente, un error de Erazo cerca del área terminó en el tanto de los eléctricos.
Esa era la orden del técnico Marcelo Fleitas desde la zona técnica. El partido de anoche también fue especial para él. Fue el primer clásico que dirigió.
Al estratega le gustó más el primer tiempo. Fue más dinámico y tuvo “más emociones”. Fue así porque en apenas siete minutos, se generaron cuatro jugadas de peligro, dos en cada arco.
En la segunda etapa, a más del gol de Mina desde el punto penal, no hubo muchas jugadas de peligro. Los ataques fueron tibios y no inquietaron a los arqueros Esteban Dreer y Damián Lanza.
Pero el defensa Frickson Erazo rescató la “actitud” del grupo. Uno de los jugadores que motivó al equipo desde la cancha misma fue el colombiano José Amaya.
A los 75 minutos, y mientras el equipo se encontraba detenido, se le acercó al conductor argentino Damián Díaz para motivarlo y pedirle que no decayera.
Pero por minutos Barcelona lució ‘golpeado’ por todos los problemas internos que ha tenido en las últimas semanas. “Dirigimos cuatro prácticas antes de este cotejo y el equipo asimiló conceptos, pero nos falta mucho trabajo. En dos días no se puede cambiar todo”, explicó el DT Costas.