España presentó hoy, 5 de marzo, sus credenciales antes del Mundial de fútbol de Brasil al lograr una victoria de prestigio por 1-0 ante Italia en Madrid.
El partido, que enfrentaba a los dos últimos campeones del mundo y era una reedición de la final de la última Eurocopa, se resolvió con un solitario tanto de Pedro en el minuto 62, pero España se mostró superior y ofreció momentos de muy buen fútbol.
El amistoso era la última oportunidad de hacer pruebas para ambos equipos antes de dar la lista definitiva para el Mundial, que arranca el 12 de junio en Sao Paulo.
Los primeros 25 minutos del partido sirvieron para recordar a una España que parecía olvidada tras los últimos amistosos, en los que el equipo de Vicente del Bosque había ofrecido una imagen gris y anodina.
La selección española imprimía velocidad, precisión y profundidad a sus pases cuando tenía el balón en los pies e intensidad en la presión cuando lo perdía.
Era el fútbol que llevó a España a dominar el panorama internacional en los últimos años, en los que encadenó títulos en dos Eurocopas y un Mundial. La Italia de Cesare Prandelli no es una Italia clásica.
Quiere el balón y sufre cuando no lo tiene. Por eso los primeros compases del partido fueron una pesadilla para jugadores como Montolivo y Motta, que no hacían más que perseguir sombras.
Thiago desplegó su mejor versión del Bayern Múnich para cumplir con la función de Xavi Hernández, que miraba desde el banquillo. Diego Costa supo adaptarse a su nuevo equipo facilitando con su juego de espaldas la circulación de balón.
Jordi Alba convertía la banda izquierda en un ariete. Y Pedro se movía como siempre con mucho peligro entre líneas. Lo único que faltó fue el gol, que paradójicamente estuvo más cerca de llegar en la portería de Iker Casillas a través de una internada de Cerci cuyo centro-chut terminó dando en el palo y de un disparo de Osvaldo desde la frontal del área que se fue fuera.
La desconexión de Thiago durante los últimos minutos de la primera parte coincidió con el peor tramo de España, algo que Italia aprovechó para salir de su área y respirar. Prandelli dio entrada en la segunda mitad a su hombre más clarividente, Andrea Pirlo, pero fue David Silva quien más influyó en el partido.
La entrada del zurdo del Manchester City revitalizó a España, que tras la reanudación recuperó la sensación amenazante del comienzo del partido. Thiago avisó en el minuto 50 al presentarse solo ante Gianluigi Buffon tras un pase que sólo Silva fue capaz de encontrar.
El arquero italiano acertó en su salida, pero no estuvo tan acertado 12 minutos después, cuando Pedro remató con la zurda un balón perdido dentro del área y lo coló por debajo del cuerpo del veterano portero de la Juventus.
Italia dio entrada a Immobile y Destro en busca de más “punch” en ataque, pero la pelota seguía siendo de España, que no se desdibujó pese a los cinco cambios introducidos por Del Bosque.
El sexto llegaría aún en el minuto 82, cuando Cazorla sustituyó a un Pedro que se llevó el aplauso del Vicente Calderón. Nada cambiaría en el guión del partido, que dejó la sensación de que España afina su maquinaria conforme se acerca el momento de la verdad.