El preparador físico de la Selección, Carlos Velasco, habla sobre la metodología de trabajo en las eliminatorias y sus conceptos sobre el tema de la altitud.
El 11 y el 15 de noviembre se juegan dos cotejos de eliminatorias. ¿Qué plan se prepara tomando en cuenta que los rivales de Ecuador serán Paraguay, en Asunción, y Perú en Quito?
Concentraremos seis días antes del juego contra Paraguay. Hay que tomar en cuenta factores externos como la ciudad donde se compite; sí es sobre el nivel del mar, unos metros más arriba o en la altitud. Sí hace frío o calor y la humedad. Son factores vinculados a los periodos de tiempo y espacios que se tiene para poder desarrollar la metodología de trabajo y aplicar los estímulos de cargas convenientes y coherentes con el factor tiempo.
¿Qué trabajo planificado es necesario para mantener el rendimiento de los futbolistas que juegan en el país y en el exterior?
Estamos a la vanguardia de muchos aspectos en el orden tecnológico para poder contribuir en la metodología de entrenamiento. Eso se utiliza con los jugadores de la Selección. Con los futbolistas del exterior hemos hecho sugerencias, con el cuerpo médico, en cuanto al complemento nutricional y al utilizar una o dos veces a la semana cámaras hiperbáricas. Herramientas que contribuyen a que los jugadores tengan un gran rendimiento.
Al margen del problemas de Felipe Caicedo con la Selección, el jugador dijo que sintió estragos en la altitud, ¿cómo entender ese problema de adaptación?
Pudimos valorar a Felipe. Lo hablamos previamente. Tratamos que él reaccionara de una forma diferente en cuanto a los estímulos de carga que se le aplicaron para que pudiera rendir en la altitud, pero en el partido amistoso ante México sufrió mucho. Desafortunadamente es un jugador que siempre ha estado en el llano y le cuesta venir a jugar arriba. Debe sacarse eso de la cabeza. Es un jugador muy fuerte en su condición física.
¿Las cargas de entrenamiento son diferentes con Antonio Valencia, Cristian Noboa y Jefferson Montero?
Sí. Siempre se manejan trabajos diferenciados, no solo con ellos, sino con todos los jugadores, dependiendo del momento a su llegada a la Selección. Depende de cómo fue su participación en los clubes y otros factores, que influyen en la metodología de trabajo. Por fortuna ya tenemos herramientas que están a la mano para equivocarnos lo menos posible.
¿Cómo se planifica la adaptación al cambio de horario con los jugadores del exterior?
Está vinculado con la alteración de homeostasis. Los jugadores de México y Brasil no sufren tanto. Tratamos de contrarrestar con una fórmula esencial: entrenamiento + descanso > rendimiento. Con eso, el descanso implica una serie de cosas como el aspecto nutricional, las ayudas ergogénicas, el sueño, que el jugador esté alejado de ordenadores y celulares. Eso contribuye a la adaptación del horario.
En el caso de los jugadores que están en el país, ¿se aplican trabajos diferenciados con futbolistas de la Costa y de la Sierra?
La ventaja es que acá en la liga ecuatoriana se juega con siete u ocho equipos serranos y el resto del llano. Esa posibilidad de que los jugadores estén viniendo a Quito cada 10, 12 ó 15 días genera que el jugador no tenga ni sufra tanto el problema de la altura. Hay algún tipo de factores que sumados al control médico biológico de cada jugador nos dan pie para que puedan jugar en la altura.
¿Qué detalles ha encontrado en su estudio de especialización en la altura que acaba de terminar?
Que hay muchos factores a tener en cuenta. La humedad en la altitud, la radiación solar, las condiciones fisiológicas, los síntomas del mal en la altura, las adaptaciones y los efectos, la exposición aguda a la altura y todo ese tipo de situaciones.
En la metodología de trabajo en la altura, ¿ayuda la realización de los llamados microciclos?
Ayudan muchísimo. Tenemos experiencia de 1999 y del 2000. Una con Luis Fernando Suárez y otra con Rueda. Trabajábamos de domingo a miércoles o jueves, durante siete semanas y luego los jugadores regresaban a sus clubes. Fueron resultados maravillosos preparándonos en la altitud para luego ir a jugar al llano. Son parámetros establecidos para jugar, como por ejemplo ahora en Paraguay. Ahí vamos a tener calor y humedad. Hay herramientas que tenemos a la mano para poder contrarrestar todo eso.
Tomando en cuenta que eliminatorias es una competición a largo plazo, ¿qué tanto ayuda la tecnología en el trabajo científico con los futbolistas y en sus planes de entrenamiento?
Hoy en día marca una pauta importantísima tener la ayuda y la herramienta a la mano, para poder contribuir y desarrollar la metodología de trabajo. Utilizamos lo que está a la mano, que son equipos míos, pero que están al servicio de los jugadores. La eliminatoria es larga y es un ejercicio complejo y muy difícil en el camino para ir a un Mundial.
¿Qué controla con los equipos?
Se controlan aspectos bioquímico; se conoce cómo es el estado biológico del jugador a su llegada, estadía y cuando se va de la Selección; el aspecto de cómo es su componente, en el día a día, en factores de porcentaje de peso, de agua, de grasa y de masa muscular. Cómo es la recuperación entre un entrenamiento y otro. Todo eso ayuda y contribuye a disminuir el riesgo de lesiones en el campo deportivo.
HOJA DE VIDA
El profesor Carlos Velasco nació el 5 de octubre de 1966. Es parte del cuerpo técnico de la Tri dirigido por Reinaldo Rueda. Posee un título de tecnólogo con especialización en fútbol y actividad física. Velasco se preparó en la Escuela Nacional del Deporte, en Cali, Colombia.
Ha participado en charlas sobre temas de preparación física. El último curso fue sobre altitud.