Emelec no pierde las esperanzas de alcanzar a Barcelona y pelearle el título en la final. Ayer derrotó por 2-1 a El Nacional y mantiene las cinco unidades de diferencia con los canarios.
Los azules, además, tienen un partido pendiente contra Deportivo Quito, en la capital. De ganar ese partido, quedarán a dos unidades de los toreros, que en cambio quieren el título sin los dos cotejos definitorios.
Por este antecedente, los hinchas eléctricos celebraron con furia los goles convertidos por Énner Valencia (de penal, 32’) y de Fernando Giménez (52’) sobre los criollos, que luchan por mantenerse en la Serie A.
Cada ataque de Emelec puso de pie a los hinchas eléctricos. Su equipo fue superior a los rojos, aunque en el primer tiempo tuvo complicaciones para abrir el ordenado planteamiento visitante.
El Nacional planteó un escenario de juego parecido al que hizo frente al Barcelona, el pasado miércoles. Controló el balón y multiplicó esfuerzos para contener a los veloces delanteros Marcos Mondaini y Valencia.
Pero tras la segunda anotación, los rojos carecieron de reacción, como contra Barcelona, cuando fueron punzantes y estuvieron cerca del empate.
La expulsión de Edmundo Zura minó más esos débiles intentos de los dirigidos por el entrenador Orlando Narváez. La vía del contragolpe fue la principal alternativa que encontraron.
Por suerte para los militares, el Técnico Universitario cayó ante el Manta. Ese resultado les permite respirar en la tabla de posiciones acumulada, una situación inusual en el club capitalino.
Un puñado de seguidores de los militares se ilusionó en el 82 minuto, cuando José Madrid descontó el cotejo con un potente remate ante Christian Arana.
“Barcelona, vamos por ti. Emelec sigue vivo”, dijo uno de los hinchas azules, ubicado en la tribuna de San Martín, ajeno a la realidad criolla y motivado por ver finalista a su equipo.
Sin embargo, esa victoria también dejó un costo elevado al equipo de Gustavo Quinteros, pues salieron lesionados dos pilares en su campaña: Fernando Giménez y Pedro Quiñónez.
Así, tras el pitazo final de Daniel Salazar, Emelec exhibió que también es un equipo con regularidad en el torneo, jugadores talentosos, velocidad y contundencia. En las próximas fechas se verá si es merecedor de llegar a la final.