‘¿Qué prefieren: ganar la Copa Davis o ser número 1 del mundo?”, preguntó una periodista a los tenistas argentinos durante los entrenamientos previos a los cuartos de final de la Copa Davis, que se iniciarán este viernes en Buenos Aires.
El silencio fue revelador de una relación no muy amable entre “la legión”, como llaman al equipo argentino, la prensa y a veces entre los mismos jugadores.
La conferencia de prensa que ofrecieron las estrellas fue una señal de aquello. A duras penas contestan. Los periodistas locales prefieren no preguntar y esperan que se bajen de la mesa porque se pasan papelones con las escuetas respuestas que apenas dejan de ser monosilábicas.
“Si la copa Davis es nuestra obsesión es porque queremos ganarla”, responde a este Diario Juan ‘Pico’ Mónaco.
En un deporte individual, nada más individualistas que los tenistas argentinos. Así ha sido desde los tiempos de Guillermo Vilas y José Luis Clerc, únicos miembros del equipo de 1981 y que tenían una pésima relación, frente a Estados Unidos que tenía a John McEnroe, Roscoe Tanner y Peter Fleming, en la final de ese año.
De esos egoísmos hay historias que han impedido que el tenis argentino levantara la ensaladera a pesar de tenerla permanentemente cerca en la última década. La final del 2008 fue emblemática. Argentina hizo todo para ganar, hasta decidieron trasladar la sede Mar del Plata para evitar que Nadal hiciera de las suyas sobre la superficie de arcilla.
Si bien Nadal no estuvo en la final, la relación entre Juan Martín de Potro y David Nalbandian era conflictiva. Del Potro había preferido jugar el Master Series y llegar casi sobre la hora para la Davis. A Nalbandian, cuya mayor ilusión ha sido levantar la ensaladera, le molestó esa actitud.
“Una vez entrevisté a Agustín Pichot (ex capitán de la selección argentina de rugby) y él me dijo que los 15 jugadores del equipo tenían tanto egoísmo como en el tenis, pero que se ponían de acuerdo. Lo que hay que entender a los chicos del tenis es que tienen que poner el caballo delante del carro”, dice Guillermo Salatino, comentarista de tenis.
Para Martín Jaite, esta será su primera vez de local como capitán, “son vivencias a las que no estoy acostumbrado”, dice. Pero reconoció para EL COMERCIO que “los que más presión sienten son los jugadores. Nosotros tratamos de acompañarlos para que se sientan lo más cómodos posibles. De cualquier modo, puede ser este año, el próximo, dentro de dos. O puede que no la ganemos nunca. No es que hay un apuro para ser campeón. Tenemos que ganar punto por punto”.
Duelos de la semana
Argentina y Croacia se enfrentarán del 6 al 8 de abril en la cancha de arcilla del parque Roca, en el sur de Buenos Aires.
El ganador de esta llave se encontrará en las semifinales con el vencedor del duelo de República Checa y Serbia de este fin de semana, en Praga. También juegan España con Austria y Francia con EE.UU.