Eran las 14:30 y tenían el tiempo en contra, puesto que a las 16:00 debían estar ya en Portoviejo (Manabí) para observar el partido amistoso entre Emelec y Barcelona, en el estadio Reales Tamarindos.
Por eso el vicepresidente del club azul, Edmundo Béjar, y el coordinador, Luis Idrovo, lo esperaban impacientemente en la zona de arribo internacional del Aeropuerto José Joaquín de Olmedo. Ellos los trasladaron con premura a un hangar privado para llevarlos en una avioneta particular hasta la capital de la provincia de Manabí.
Junto a Carrasco llegaron también Darwin Camilo Rodríguez (asistente técnico), Mauricio Andrés Marchetti (preparador físico) y Ángel Omar Gárate (entrenador de guardametas).
Carrasco, ex volante de creación de 54 años, retrasó su llegada a Guayaquil desde el viernes pasado. Esto debido a la cancelación de los vuelos desde Montevideo (Uruguay) por la nube de ceniza provocada por el volcán chileno Puyehue.
El vuelo que trajo ayer al nuevo cuerpo técnico de los millonarios sufrió también un retraso de 36 minutos. Eso hizo que el entrenador dé unas escuetas declaraciones antes de subirse al carro de los dirigentes azules.
“No nos gusta vender humo”, dijo el adiestrador cuando le consultaron si le prometía el título a la hinchada eléctrica. Según Carrasco, su primer paso será realizar una evaluación de la plantilla para luego decidir si se realizan nuevas incorporaciones para la segunda etapa del Campeonato Nacional.
Durante su intervención dijo que es un técnico al que le gusta el buen fútbol y es obsesivo con el arco rival. Es decir que sus planteamientos siempre serán ofensivos independientemente de si son locales o no y del rival.
“Nos gusta que el jugador automatice nuestras ideas tácticas”, explicó el entrenador que hoy dirigirá su primer entrenamiento en el complejo Los Samanes.