Josep Guardiola se estrelló en su primera prueba de fuego con el Bayern Múnich: el campeón alemán y europeo perdió 4-2 con el Borussia Dortmund la final de la Supercopa Alemana.
Los goles de Marco Reus (5′ y 86′), Daniel van Buyten en contra (55′) y Ilkay Gündogan (56′) masacraron a un Bayern desdibujado.
Guardiola venía de una pretemporada soñada con más de 60 goles en nueve partidos, incluido un 2-0 ante el Barcelona, su ex club.
Pero el comienzo de la temporada se pareció más bien a una pesadilla. El Dortmund inició el cotejo dueño de la pelota, el Bayern en cambio se mostró irreconocible.
El castigo no tardó en llegar: en el minuto cinco, una cadena de fallos defensivos y un error garrafal del arquero Starke, suplente del lesionado Manuel Neuer, permitieron a Reus cabecear solo ante el arco para abrir el marcador.
Guardiola sacudió la cabeza incrédulo. El golpe no despertó al Bayern y Robert Lewandowski pudo agravar la situación al escapar de Boateng y marcar el 2-0, pero el tanto fue anulado correctamente por fuera de juego. El polaco tuvo otra clara en el 20′ al conectar un centro solo en el área chica, pero Stark se desquitó de su error en el gol con una gran parada.
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Sin recuperar posesión ni juego, el Bayern avisó dos veces por medio del suizo Shaqiri, pero el reemplazante del lesionado Franck Ribéry en la izquierda se encontró dos veces con el arquero del Dortmund, Roman Weidenfeller.
También Mandzukic quedó a centímetros de conectar un centro ante el arco vacío en el 34′. Hubo que esperar al segundo tiempo para que Robben, silbado toda la noche por una hinchada que no olvida su gol decisivo en la final europea de Wembley, ganara la espalda a Subotic y cabeceara un centro de Philipp Lahm para empatar el partido en el minuto 54.
Fue el único respiro que tuvo el Bayern en toda la noche. En solo dos minutos, Van Buyten clavó en propia puerta el 2-1 y Gündogan amplió ventaja con un exquisito remate desde fuera del área que se clavó junto al palo.
La temperatura entre dos de los equipos más fuertes de Europa podía subir aún más y Robben volvió a poner emoción descontando con un zurdazo desde la puerta del área. Pero con el duelo convertido en un ida y vuelta constante entre los dos equipos ya desatados, Reus redondeó una gran noche marcando el 4-2 definitivo tras un pase de Aubameyang.
El Dortmund conquistó su cuarta Supercopa Alemana, pero sobre todo golpeó primero en un combate que se extenderá todo el año. La mejor prueba de ese golpe fue la mirada vacía de un Guardiola.