El debate en el mundo empezó. Llegó el final de la era del Barcelona del juego bonito, precisión y fantasía… Parecería que sí. Al menos, por lo que presentó ayer este equipo al caer 4-0 ante Bayern Múnich, en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones europea.
El club catalán recibió ayer una de las peores derrotas de su historia en torneos internacionales.
Thomas Müller por dos veces, Mario Gómez y Arjen Robben marcaron los goles de los locales, que obligan al Barcelona a prácticamente un milagro para remontar, el 1 de mayo en el Camp Nou.
El Bayern devolvió a su rival el 4-0 que le endosó en 2009 en la ida de los cuartos de final de la Champions y presentó su candidatura a suceder al ‘Barça’ como dominador del fútbol europeo en los próximos años. La última vez que el Barcelona perdió en Champions, por un resultado similar, fue en 1997 en la fase de grupos ante el Dinamo de Kiev.
Por el escenario, el resultado y la trascendencia del duelo, la de ayer es una derrota que quedará grabada en la memoria.
“Nos han dado un repaso”, admitió el defensa Gerard Piqué. “Es una pena pero hay que seguir”, agregó Lionel Messi.
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Xavi Hernández había insistido el lunes en que la clave del partido estaría en la capacidad de ambos equipos para imponer su personalidad en el campo.
El ‘cerebro’ azulgrana habló incluso de “dormir” la pelota, tenerla el mayor tiempo posible, desesperar al Bayern y aguijonearle cuando llegara el momento.
Sin embargo, empujado por un estadio lleno, espoleado por la ambición de demostrar que quienes lo señalan como favorito no se equivocan, el Bayern mordió a su rival desde el primer momento.
Barcelona nunca se sintió cómodo con el balón. Impreciso y lento en la circulación, el centro del campo visitante sufrió acosado por un Javi Martínez motivado en su primera semifinal de Champions.
Messi fue una sombra. Perseguido por Dante, bloqueado por un impecable Schweinsteiger y probablemente ofuscado por la inseguridad física -ayer mismo recibió el alta médica después de 21 días de problemas físicos-, el argentino apenas desbordó.
El ’10’ azulgrana revivió la pesadilla de los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica, donde cinco de los titulares de ayer con el Bayern lo golearon también por 4-0 vistiendo la camiseta de Alemania.
“Contar con ‘Leo’ es vital para nosotros”, había dicho Xavi un día antes. Y el partido le daba la razón. Con un Messi vulgar y un centro del campo desactivado, el hegemónico Barcelona se humanizó. O mejor dicho, el Bayern bajó al ‘Barça’ a la tierra con un partido pleno de ritmo, compromiso colectivo e inspiración: “El fútbol más moderno de la historia del club”, según palabras de su técnico, Jupp Heynckes, del que muchos ayer se estarán preguntando por qué se va.
Con el 4-0, el Barcelona no solo sucumbía en Múnich, sino que era humillado en Europa como no sucedía desde la final de Champions ante el AC Milan en 1994, un partido donde también perdió por 4-0 y supuso el principio del fin de la era de Johan Cruyff, el holandés que empezó una era dorada.
El juego de hoy
La otra semifinal entre el Borussia Dortmund y el Real Madrid es a las 13:45 en el Signal Iduna Park, de Dortmund.
El argentino Ángel di María sí será parte del equipo ‘merengue’ y llegará hoy a Alemania para unirse al plantel.
El club español se verá debilitado por las ausencias de Marcelo y de Luka Modric por lesiones.