El marfileño Didier Drogba (Chelsea), uno de los diamantes más valiosos del fútbol africano de la última década, puede decir, sin temor a equivocarse, que el sábado ante el Bayern de Múnich afronta la que aparentemente es su última oportunidad de ser campeón de Europa.
Su contrato finaliza al término de la actual temporada y está en negociaciones desde hace meses, pero el tira y afloja se atasca en un mismo punto: el jugador querría un nuevo contrato de dos años y el club sólo quiere comprometerse a uno más.
La final de la ‘Champions’ se presenta por lo tanto como una oportunidad de oro para reivindicar su talento y demostrar que todavía tiene mucho fútbol por ofrecer a los ‘Blues’, que desde la llegada del magnate ruso Roman Abramovich en 2003 han realizado un desembolso que ronda los 1.000 millones de libras.
“No es una cuestión personal. No hay nada que decir sobre mí. No voy a jugar por mí, sino por el club ” , afirmó el ex jugador del Marsella, de 34 años, que no quiere que su situación personal desvíe la atención sobre el reto colectivo de conseguir, por fin, el título europeo.
Desde el punto de vista estadístico, Drogba no ha hecho una gran temporada, con sólo doce goles a favor, una cifra muy lejana de su impresionante 2009-2010, cuando la cuenta se elevó a 38. Por lo menos ha elevado la cuenta de 10 de la pasada campaña, cuando tuvo que superar la malaria.
Lo que no ha perdido el jugador marfileño formado en Francia es su olfato anotador en los momentos clave, como demostró el pasado 5 de mayo en Wembley, marcando al Liverpool en la final de la Copa de Inglaterra (2-1) . Era su octava diana en otros tantos partidos en el templo del fútbol inglés.
Suyo fue también el importantísimo gol que permitió ganar 1-0 al Barcelona en Londres, en la ida de las semifinales, en un resultado que fue decisivo para la suerte de la eliminatoria, ya que en la vuelta terminaron con empate 2-2.
El partido del sábado permitirá a Drogba añadir una dimensión internacional a un palmarés hasta ahora muy inglés, con tres Premier Leagues, cuatro Copas de Inglaterra y dos Copas de la Liga.
Las grandes citas no han sido precisamente propicias para él, ni con el Chelsea en las anteriores ‘Champions’, ni con Costa de Marfil en las Copas de África de Naciones (CAN) , donde los ‘Elefantes’ suelen llegar como grandes favoritos y no han conseguido levantar el trofeo en las últimas ediciones.
Con la selección marfileña ha fallado dos veces un penal en la final de la CAN, en 2006 contra Egipto (en la tanda de penales) y este mes de febrero contra Zambia, durante el partido. Costa de Marfil perdió en ambas ocasiones.
Con el Chelsea fue expulsado en los últimos instantes de la prolongación de la final europea de 2008, frente al Manchester United en Moscú, por haber agredido al serbio Nemanja Vidic durante una trifulca entre varios jugadores. No pudo participar en la tanda decisiva, que perdió su equipo.
“He sufrido decepciones, pero también grandes momentos en las finales. Voy a tratar que la próxima sea uno de ellos. Después de Moscú, todo el mundo pensaba que volveríamos a la final al año siguiente, pero es muy difícil conseguirlo”, apuntó, recordando que la segunda oportunidad ha tardado cuatro años en llegar.