‘Mete la pierna Beto, mete, ¡meeeete!…’. Esta fue la última indicación que dio el arquero José Francisco Cevallos como futbolista profesional en una cancha de fútbol a un compañero. ‘Pepe Pancho’ gritó con euforia para que el defensa Norberto Araujo impidiera el avance de Franklin Salas, delantero del Imbabura, en el césped del estadio de Ponciano.
Faltaban cinco minutos para la finalización del encuentro y el grito de Cevallos alertó al ‘Beto’.
Cevallos había ingresado al campo de juego minutos antes (al 74′) para reemplazar al arquero Alexander Domínguez. El entrenador Edgardo Bauza había anticipado los días previos que permitiría que el golero atajara los minutos finales para que se despidiera del balompié profesional.
Esto se cumplió. Bauza ordenó su ingreso luego de que los albos anotaran el 1-0 sobre el cuadro ‘gardenio’. Cevallos escuchó la orden del ‘Patón’ y se sacó un buzo azul, se puso su habitual gorra blanca y se despidió de su hijo, José Francisco Jr., quien también estaba en la banca de alternantes.
El golero nacido en Ancón corrió presuroso al arco y se escuchó la ovación de los aficionados. “Gracias, gracias Cevallos. Esta hinchada jamás te olvidará…”, cantaron los jóvenes de la ‘Muerte Blanca’ desde los graderíos del sector de la general sur.
Los fotógrafos observaron el recorrido de Cevallos y lo rodearon. Aun así, el golero esperó tranquilo la salida de Domínguez. ‘Dida’ abrazó a su colega y permitió que entrara a la cancha. Ese fue el primer abrazo de la tarde. Luego, lo felicitaron Salas, Ulises de la Cruz, Araujo…
En la cancha, Cevallos se mostró activo, pese a que tuvo pocas intervenciones. Eso sí, salió con anticipación a un avance de Salas y dio indicaciones a sus compañeros. También recibió una tarjeta amarilla por ‘quemar tiempo.
Luego, el árbitro Miguel Hidalgo dio el pitazo final y así se acabaron los 21 años de carrera de un golero que tiene un récord insuperable en el país. Atajó en un Mundial de Clubes, en una final de un Mundial de Clubes y en dos Mundiales de Fútbol.
Su hijo, José Gabriel, de 13 años, lloró cuando escuchó el pito del juez. Junto a él estuvo su hermano Andrés. Cevallos papá abrazó a sus amigos, tomó a su hijo Matías, de 1 año y lloró. Luego, con sus cuatro herederos dio la vuelta olímpica. Fue el fin de 21 años de carrera profesional.