Deportivo Quito se consuela con ganar el título de reserva

Un partido flojo. José Andrade, del D. Quito, disputa el balón con Lenin Poroso, ayer en la capital. Diego Pallero / EL COMERCIO

Un partido flojo. José Andrade, del D. Quito, disputa el balón con Lenin Poroso, ayer en la capital. Diego Pallero / EL COMERCIO

Con un bajísimo nivel técnico y muy pocas emociones se disputó ayer la primera final del campeonato de reserva de la Serie A, del fútbol nacional, entre las escuadras de Sociedad Deportivo Quito e Independiente del Valle.

Bajo un intenso sol y con la presencia de unas 300 personas, entre hinchas de ambos clubes y familiares y amigos de los jugadores, el partido terminó 0 a 0. Un justo resultado para un encuentro mediocre y aburrido.

En la primera etapa, el Deportivo Quito dominó durante los 15 primeros minutos, pero sin crear jugadas de real peligro, mientras que el Independiente probaba con un par de contragolpes.

La línea de volantes del cuadro chulla, conducida por Marvin Cortez y José Ramírez, hacía un buen trabajo de creación, aunque en la ofensiva Iván Pareja y José Andrade carecieron de la potencia y la habilidad necesarias para vulnerar la defensa contraria.

Jugadores como Mario Pineida, Lenin Poroso y Yeison Ordóñez se encargaron de bloquear los ataques de los quiteños y también de iniciar jugadas de ataque. Gustavo Asprilla y Bryan Sánchez no pudieron materializar en jugadas de real peligro. De hecho, la única acción destacada en el primer tiempo fue un remate de 25 metros de Asprilla, en el minuto 22, que tocó en el vertical derecho del portero Ismael Gutiérrez.

En los 10 minutos finales el Independiente propuso un poco más y ejerció cierto dominio del esférico, pero también con mucha falta de precisión y potencia.

En la segunda etapa parecía que se cambiaba la cara al partido, tras dos tiros libres , minutos 2 y 7, cobrados por Ordóñez y Édison Quiñónez, que el guardameta chulla desvió al tiro de esquina con sendas voladas.

No obstante, pasaron los minutos y la monotonía, el tedio y las faltas innecesarias en todo el campo de juego borraron lo que fue solo un espejismo. El partido se tornó aburrido hasta el agotamiento, excepto por la Mafia Azul Grana que no dejó de alentar al Quito ni un solo instante.

En el minuto 65, cuando las nubes en algo opacaron el sol agobiante, Independiente se volcó al ataque, especialmente gracias al buen trabajo de su volante ofensivo Jefferson Orejuela, quien mostró una buena ubicación y un interesante dominio de la pelota, para hacer jugar a sus dos delanteros en punta, Asprilla y Sánchez.

En estos instantes se destacó la pareja de centrales del Quito, Ederson Valencia y Jonathan Tejero, que frenaron sin mayores apuros el ímpetu de los atacantes del Independiente del Valle.

Los 20 minutos finales fueron para el olvido: faltas continuas, pases mal hechos, poca entrega de los jugadores, entre otros elementos que deslucieron un partido con etiqueta de final.

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