Deportivo Quito está lejos de ser un equipo competitivo y aspirante al título. Incluso, este es su peor inicio de campaña desde el 2011, año en el que consiguió su último campeonato. A partir de entonces, el equipo chulla empezó a perder progresivamente el protagonismo.
Este año, 2014, la renovación del 85% del plantel y la dirección técnica de un entrenador con poca experiencia en Primera Categoría parecen confabular en contra de este equipo que, además, arrastra problemas económicos desde el 2012.
El plantel de futbolistas está al día en el cobro de sus salarios, pero la institución aún afronta reclamos en la Ecuafútbol por el pago de deudas a exjugadores del club, entrenadores y asistentes.
Esta recesión influyó para que el cuadro de la Plaza del Teatro reestructurara sus finanzas y con un presupuesto de USD 4 millones decidiera fichar al DT Juan Carlos Garay, quien este año debutó como técnico principal en la Serie A. Además, la mitad de ese valor está destinada justamente al pago de esos reclamos.
Pero son los jugadores quienes asumen la culpa por este mal inicio de torneo. Édison Vega, capitán del equipo, fue uno de los más autocríticos. “Solamente está en nosotros la recuperación. El técnico hace su trabajo, pero los errores que cometemos en la cancha nos cuestan a todos”, sostuvo el volante de 24 años.
Anoche, 26 de marzo, el conjunto chulla jugó ante el líder del torneo Emelec, en el estadio Atahualpa. El estratega recibió el ultimátum de parte de la directiva para mejorar el rendimiento del equipo ante los azules y contra el Deportivo Cuenca, nuevamente en condición de local, este sábado 29 de marzo (16:00).
Previamente, la directiva azulgrana, encabezada por Eugenio Romero, se retractó en su intención de separar a jugadores del plantel por bajo rendimiento e indisciplina, sin precisar sus nombres.
Finalmente, se decidió por imponer multas a tres futbolistas: Geovanny Caicedo, Luis Romero y Francisco Rojas. En la resolución también pesó el alto costo que significaba pagar sus liquidaciones. Pero “si reinciden, se lo hará”, precisó el presidente.
Sin embargo, trascendió que el DT visitó a dos jugadores en su domicilio cerca de la medianoche por control, pero ellos no llegaron. Al siguiente día aparecieron en la práctica normalmente. Garay les consultó qué tal estuvo el descanso y ellos respondieron que “bien”. Allí, el estratega les informó que les visitó y no los encontró. Ante eso, los futbolistas terminaron admitiendo su falta. Reconocieron que salieron a una fiesta y se disculparon.
La complicada situación del conjunto capitalino, que ganó tres títulos en cuatro años (2008, 2009 y 2011), puso a dudar también a Romero sobre su continuidad en el cargo, tras los insultos que recibió de la hinchada en el pasado empate con la Universidad Católica. Al menos así lo insinuó ante los periodistas que lo abordaron para consultarle sobre sus decisiones.
Así navega el Quito en este Campeonato, en medio de malos resultados y deudas, pero esperando a tener mejores resultados con el transcurso de las fechas con la misma base de la plantilla.